El presidente estadounidense Barack Obama telefoneó el domingo por la mañana al primer ministro turco, Recep Tayyip Erdoğan, para tratar con él los sucesos que está viviendo Egipto en los últimos días y estudiar cómo evitar que la inestabilidad política se extienda por todo Oriente Medio.
"Los dos países están de acuerdo en la necesidad de satisfacer los legítimos y democráticos derechos de los habitantes de la región", informó la oficina del primer ministro turco en un comunicado emitido el domingo. Obama y Erdoğan han pedido también a los líderes políticos de la región que no empleen la fuerza contra sus ciudadanos. "Estos incidentes no deberían ocasionar una estabilidad profunda y arraigada. Turquía y EE.UU. comparten la preocupación de que la inestabilidad pueda traer consecuencias perjudiciales para la región", añadía la nota de prensa.
El comunicado mencionaba además que Obama había decidido telefonear a Erdoğan por la influencia que Turquía tiene en toda la región y el hecho de que sea un país de mayoría musulmana con una democracia y unas instituciones laicas consolidadas. Ambos líderes acordaron en la conversación permanecer en estrecho contacto a medida que se vayan desarrollando los acontecimientos en Egipto.
La nota emitida por la oficina del primer ministro turco indicó también los puntos en los que tanto Ankara como Washington están de acuerdo. Por un lado, ambos países ven las revueltas populares en los países de la región como legítimas y creen que las demandas democráticas de su población deberían ser satisfechas, tal y como ya expresó el pasado viernes el ministro de exteriores turco Ahmet Davutoğlu en unas declaraciones a la prensa, en las que pidió a los países árabes que emprendan reformas democráticas urgentes. "Estas demandas están justificadas, y no pueden ser desoídas en las sociedades contemporáneas", afirmó el ministro turco.
Por otro lado, tanto Turquía como Estados Unidos desean evitar que la ya de por sí frágil inestabilidad de la región se vea sacudida por más revueltas sociales. Ambos gobiernos apuestan por cooperar estrechamente para limitar los efectos negativos de la creciente inestabilidad en la zona, un tema que sin duda será una de las cuestiones principales a tratar en la próxima visita de la Secretaria de Estado norteamericana Hillary Clinton a Ankara.
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