Miles de personas de origen kurdo se manifestaron el jueves y se enfrentaron a la policía en la ciudad suroriental de Diyarbakır, donde se sigue un juicio contra más de un centenar de personas acusadas de vínculos con el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK).
Banderas rojas y verdes (el color de la bandera del Kurdistán) se mezclaron en la céntrica Avenida Elazığ de Diyarbakır con las sirenas de la policía, los gritos de los manifestantes y las nubes de gas lacrimógeno que las fuerzas de seguridad emplearon para dispersarlos. El choque se produjo frente a la sede del ayuntamiento y los juzgados de la ciudad, donde unas 150 personas afrontan un juicio acusados de vínculos con la Unión de Comunidades del Kurdistán (KCK), considerada en Turquía como la rama urbana del grupo terrorista kurdo PKK.
La concentracción para protestar contra la celebración del juicio de familiares y simpatizantes de los acusados se inició al mediodía en el centro de Diyarbakır, convocados por el partido nacionalista kurdo BDP y el llamado Congres de la Sociedad Democrática (DTK), una organización que agrupa a varias asociaciones kurdas de Turquía.
En un principio la protesta, que congregó a varios miles de personas, transcurrió pacíficamente desde la Plaza İstasyon hasta la sede de los juzgados, con cánticos, bailes y eslóganes. Pero cuando la multitud llegó ante el edificio del tribunal se comenzaron a producir los primeros enfrentamientos entre algunos grupos violentos de manifestantes y la policia que custodiaba la marcha. A partir de ahí comenzó una auténtica batalla campal en la que las fuerzas del orden emplearon cañones de agua y gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes, mientras varios jóvenes kurdos se enfrentaban a los agentes lanzando toda clase de objetos, desde piedras y petardos hasta cócteles molotov, según informó la prensa turca.
Al mismo tiempo se produjeron otros choques violentos entre policía y manifestantes en otras ciudades del sureste de Turquía, especialmente en Hakkari y en su distrito de Yüksekova. Las tiendas también permanecieron cerradas en señal de protesta en las ciudades de Nusaybin, Cizre y Kızıltepe.
El jueves por la tarde las calles del centro de Diyarbakır parecían en calma pero la tensión aún podía notarse en el ambiente, con la policía vigilando fuertemente la zona alrededor de los juzgados para evitar nuevos disturbios y grupos de simpatizantes y familiares aguardando la salida de los acusados. El juicio está rodeado de una gran polémica porque los acusados y sus abogados insisten en hablar únicamente en kurdo, cuyo uso está permitido en Turquía pero que no está reconocido como lengua oficial.
El tribunal, que ya tuvo que aplazar el juicio a finales de año hasta su reanudación ayer jueves por la misma causa, insiste en que el problema no es con el uso del kurdo sino con el hecho de que la ley exige que se emplee el idioma oficial de Turquía, que es el turco. "Sabemos que millones de personas en Turquía hablan kurdo. No tenemos ningún problema con el kurdo, lo respetamos", dijo Menderes Yılmaz, presidente del tribunal, al ser increpado por la defensa por impedir que se utilizara un idioma distinto al turco.
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