La Comisión Europea explicó esta semana durante una reunión informal de ministros de Justicia e Interior de los 27 en Hungría que la situación de los refugiados internacionales en Grecia es "muy crítica", al tiempo que hizo incapié en la falta de recursos de Atenas para aplicar la normativa europea y garantizar los derechos de los refugiados.
En los últimos meses la frontera entre Grecia y Turquía ha sufrido una gran presión migratoria, con la llegada de más de 40.000 inmigrantes ilegales que se amontonan en los centros de detención griegos, donde miles de personas esperan una respuesta a sus peticiones de asilo en graves condiciones de hacinamiento calificadas por muchas organizaciones independientes como "inhumanas".
Las autoridades comunitarias creen que la situación ha desbordado a las autoridades del país heleno, que no tienen capacidad ni recursos para hacer frente a la situación ni a las demandas de asilo que presentaban los recién llegados, muchos de ellos procedentes de países en conflicto como Irak, Paquistán, Afganistán o Somalia.
El Director General de Interior de la Comisión Europea, Stefano Manservisi, calificó el jueves en Hungría de "extremadamente difícil" y "muy frágil" la situación en Grecia, que podría explotar en cualquier momento. Prueba de la incapacidad de Grecia para hacer frente a la situación de los refugiados en su suelo es que la media de concesión de asilo político en la Unión Europea supera el 40%, mientras que en Grecia sólo se aprueba la concesión de asilo político al 0,7% de los solicitantes, una situación que evidencia "la falta de recursos" de Atenas, según fuentes diplomáticas consultadas por la prensa.
Otro problema añadido es que la normativa europea Dublín II establece que los países de la UE deben extraditar a los solicitantes de asilo cuando la hayan solicitado en otro estado Schengen, al que pertenece Grecia; la mayoría de los refugiados que llegan a Grecia solicitando asilo se ven obligados a pedirlo en otro estado porque las autoridades griegas rechazan casi todas las peticiones, pero si el segundo país también lo rechaza según la normativa los solicitantes deberían ser devueltos de nuevo a Grecia. Sin embargo, dada la situación de falta de garantías para los refugiados y demandantes de asilo en Grecia, algunos países europeos han decidido que van a suspender la aplicación de la normativa Dublín II durante un año, lo que significa que suspenderán las devoluciones de los demandantes de asilo al país helénico.
El ministro de Interior alemán, Thomas de Maizière, esplicó en la reunión de ministros de la UE en Hungría que con esta decisión se quiere "dar un plazo de un año a Grecia para que pueda ponerse al día, y garantizar los derechos para los solicitantes de asilo que prevén las convenciones internacionales".
Michael Lindenbauer, representante del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), declaró el jueves que el sistema de asilo en Grecia "se ha colapsado" causando una "emergencia humanitaria", al tiempo que expresó sus dudas sobre que Atenas pueda adaptar su sistema a la normativa internacional sobre derechos de inmigrantes y refugiados en el plazo de un solo año.
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