Un avión de la compañía aérea Turkish Airlines trajo el domingo de vuelta a más de 300 ciudadanos turcos residentes en Túnez, de donde fueron repatriados huyendo de las protestas y el caos político y social que han sacudido el país magrebí durante las últimas semanas.
El aparato, un Boeign 777, fue fletado por el Ministerio de Asuntos Exteriores de Turquía (Türkiye Dışişleri Bakanlığı) y trajo de regreso a 333 ciudadanos turcos, incluyendo ocho niños, residentes en Túnez. El avión recibió un permiso especial para despegar del aeropuerto tunecino de Enfidha, ya que el espacio aéreo del país permanecía cerrado.
El grupo repatriado, que llegó el domingo por la mañana a Estambul, forma parte de las comunidad turca residente en Túnez, estimada aproximadamente en un millar de personas. "Ayudaremos a todos los ciudadanos turcos que quieran regresar a Turquía", declaró a la prensa Akın Algan, embajador de la República de Turquía en Túnez.
Algan agregó que hasta la fecha no hay informes de víctimas entre los miembros de la comunidad turca en el país magrebí, aunque una tienda de regalos propiedad de un ciudadano turco fue quemada por asaltantes causándole pérdidas por valor de 216.000 liras turcas (unos 105.000 euros).
A su llegada al aeropuerto los repatriados fueron recibidos con una mezcla de alegría y lágrimas de tristeza por sus familiares, que les esperaban ansiosos en la terminal de llegadas de vuelos internacionales. En declaraciones a los periodistas, los turcos llegados desde Túnez relataron el caos que se vive en el país y la tensión por las protestas en la calle y la brutal represión policial, que causó cerca de 70 muertos antes de que el presidente tunecino Ben Ali abandonara el país por su incapacidad para contener la revuelta popular.
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