Que las mujeres al volante son siempre objeto de especial atención por los elementos más machistas de la sociedad es algo bien sabido; pero si además lo que conducen son autobuses, un oficio tradicionalmente desempeñado por los hombres, son muchos los prejuicios contra los que se ha de luchar: y eso es precisamente lo que están haciendo las conductoras de autobuses en Adana.
"Cuando veía a conductoras por la ciudad, las miraba con admiración. Decidí presentar una solicitud, aunque mi marido protestó. A pesar de eso, cambié en secreto mi carné de conducir del tipo B al tipo E. Una vez hube aprobado los exámenes, comencé mi trabajo, en el que estoy muy feliz", comentaba a la prensa turca Sadegül Yalnıç, de 33 años de edad y cuatro años en la profesión, una del creciente número de mujeres que conduce un autobús urbano en la ciudad mediterránea de Adana.
Fue en 1998 cuando el ayuntamiento de Adana decidió contratar a las primeras mujeres conductoras de autobús. En aquellos inicios fueron tan sólo dos las mujeres empleadas; actualmente, son ya 127 las conductoras que llevan autobuses urbanos por toda la ciudad, incluso por algunas rutas tan complicadas que muchos hombres no se atreven a realizar.
Şevki Özveren, gerente de la administración municipal de autobuses de Adana, destaca que el creciente número de mujeres conductoras en la flota de autobuses urbanos de la ciudad ha sido acogido con naturalidad por sus ciudadanos. "Los hombres turcos respetan a las mujeres, no hay desprecios ni mala educación. En los autobuses que son operados por mujeres, son muy raros los conflictos", cuenta Özveren, quien asegura además que las conductoras tienen mejores habilidades de comunicación que sus homólogos varones, y que jamás protestan incluso cuando se les pide que hagan las rutas más distantes.
Aun así, algunas conductoras cuentan anecdóticamente cómo su presencia sigue causando tantos años después sorpresa en algunos viajeros, tal y como explicaba al diario Hürriyet Eda İncekaş, una conductora de 39 años que heredó el oficio de su padre: "En una ocasión un anciano se subió al autobús y al verme en el asiento del conductor gritó '¡Una mujer está conduciendo, bajémonos!'. Todo el mundo se echó a reir. Pero el anciano se subió, y después de verme conducir durante un rato, me dió la enhorabuena", dijo İncekaş.
Pablo Gómez
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2 comentarios:
Me ha encantado este artículo. Ojalá se vean cosas así en todo el mundo, sobre todo en las regiones menos industrializadas, donde ver una mujer al mando de un camión o autobús todavía es motivo de asombro.
Acabo de seguir tu blog hace unos días. Yo también soy una gran amante de Turquía. He vivido allí una temporada pero finalmente volví a Madrid.
Un saludo.
Inés.
Muchas gracias Ines. También es uno de mis artículos favoritos. De todas formas, incluso en países como España aún hoy en día sigo viendo gente que se sorprende de ver mujeres en autobuses o taxis :)
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