Estambul conmemoró el lunes con una emotiva ceremonia a las víctimas de los atentados suicidas que Al Qaeda llevó a cabo en 2003 contra varias sinagogas de la ciudad, en los que murieron 58 personas y cientos resultaron heridas.
La sinagoga de Beth Israel quedó cubierta el lunes de claveles rojos tras la ceremonia que se celebró ayer por la mañana en memoria de las víctimas que murieron aquel fatídico día hace ahora siete años. Al acto asistieron destacadas autoridades de la ciudad, incluyendo el alcalde del distrito estambulita de Şişli, Mustafa Sarıgül, y Rau Yauda Adoni, representante del Gran Rabino Judío de Estambul, así como Muharrem Silkin, en representación del muftí musulmán de Şişli.
La ceremonia se inició a las 10 de la mañana, poco antes de la hora en que explotaron las bombas, y tras unas palabras pronunciadas ante los asistentes por las autoridades presentes y el rezo de oraciones judías y musulmanas, se depositaron las flores en recuerdo de los fallecidos. "Este es el aniversario de de un día oscuro. 25 de nuestros ciudadanos perdieron sus vidas, pero nosotros no los hemos olvidado", dijo en su discurso Ahmet Misbah Demircan, alcalde del vecino distrito de Beyoğlu, al mismo tiempo que subrayó que el terrorismo se lleva vidas sin importar religión, nacionalidad o etnia, mientras que la paz une a la gente bajo el paragüas de la amistad.
Mustafa Sarıgül, alcalde de Şişli, dijo que el terrorismo era el azote de toda la Humanidad y del mundo actual, y pidió a todos los países ayuda y trabajo sincero para acabar con esta lacra. "Ningún poder será suficiente para romper nuestra unidad y solidaridad nacional". Por su parte Yeuda Adoni, representante del rabinato judío, destacó durante la ceremonia que las bombas de 2003 explotaron un sábado por la mañana, cuando el templo estaba lleno de fieles que asistían a las oraciones del Sabath, y dijo que la explosión -que mató a 25 personas en la sinagoga y sus alrededores- convirtió la calle en un lago de sangre al que después se añadieron las lágrimas de los que lloraron por las víctimas.
Gabi Talu, quien perdió a su hija durante los atentados, charló con los periodistas tras depositar un clavel rojo en la sinagoga y confesó que a pesar de que han pasado siete años desde aquel trágico día, aún la recuerda con tristeza. "Mi esposa no ha podido venir aquí debido a su pena", aseguró.
Los atentados del 15 de noviembre de 2003 en Estambul tuvieron como objetivo las sinagogas de Beth Israel y Neve Shalom; cinco días más tarde, otros dos ataques suicidas eran llevados a cabo: primero contra la sede del banco británico HSBC, en el distrito financiero de Levent, dejando el edificio en completa ruina y matando a 11 personas; y tan sólo diez minutos más tarde contra el consulado del Reino Unido en la ciudad -situado en el distrito de Beyoğlu-, donde murieron 16 personas incluyendo al consul general británico Roger Short. En total, 58 personas -además de los cuatro terroristas suicidas- perdieron la vida y cientos resultaron heridas por la cadena de atentados, que fue reivindicada por Al Qaeda.
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