El rescate de los 33 mineros chilenos ha sido seguido atentamente por numerosas personas en todo el mundo; pero seguramente nada semejante a cómo lo han vivido las familias de dos mineros turcos, cuyos cuerpos permanecen atrapados desde mayo en una mina de carbón del Mar Negro, a medio kilómetro bajo la superficie.
Las familias de los dos mineros atrapados bajo tierra han estado siguiendo las operaciones en Chile llenas de lágrimas en los ojos, compartiendo día a día la angustia y la alegría de los familiares chilenos pero a la vez con un sentimiento contradictorio, sintiendo su propia fatalidad al saber que los cuerpos de sus hijos y maridos aún siguen enterrados bajo 500 metros de rocas y escombros sin que nadie les dé por ahora una solución.
Los cuerpos de Dursun Kartal, de 41 años de edad, y Engin Düzcük, de 31, siguen sin ser localizados cinco meses después de que el pasado 17 de mayo una explosión de gas metano en la mina estatal de carbón de Karadon, en la provincia de Zonguldak, provocara un derrumbe en una galería atrapando a una treintena de mineros a medio kilómetro bajo tierra. Los mineros turcos no tuvieron tanta suerte como los chilenos, y a pesar de los esfuerzos de los equipos de rescate todos aparecieron muertos, en una tragedia que conmovió a toda Turquía y obligó al gobierno a tomar medidas para garantizar las condiciones de seguridad en las minas del país. Pero sólo 28 de los cadáveres pudieron ser recuperados, mientras que los dos restantes permanecieron atrapados bajo tierra.
"Han pasado cinco meses, no sabemos qué va a ocurrir. La gente bajó 700 metros en Chile, ¿es que Turquía es incapaz de hacerlo?", se pregunta Şükrü Düzcük, padre de Engin. Şükrü relata su impotencia al contar cómo ha llamado numerosas veces al Ministerio de Energía y al de Seguridad Social, pero nunca ha conseguido que le pasaran con algún responsable. "¿Dejarían ahí abajo a esos chicos si fueran los hijos o familiares de un político?", comenta indignado.
Cinco meses después, las familias de Dursun y Engin han perdido toda esperanza de encontrar con vida a sus seres queridos, pero lo que quieren es poder celebrar un funeral y enterrar sus restos en una tumba. "El gobierno de Chile está apoyando allí a los mineros, ¿por qué nadie apoya a los nuestros?", se pregunta Gülizar Kartal, viuda de Dursun, que desde el accidente vive con la madre de su marido. "Al menos encontrar una parte de él, uno de sus huesos... No podemos creer que esté muerto... Por el amor de Dios, escriba sobre nosotros en la portada, que nos vean. Estoy llorando cada día, pero no sirve de nada", explicaba desconsolada Gülizar a un periodista del diario turco Hürriyet.
La compañía china CITIC, responsable durante diez años del mantenimiento de la mina según un contrado firmado con el Instituto del Carbón Turco (TTK, dependiente del Ministerio de Energía de Turquía), no ha sido hasta ahora capaz de recuperar los cuerpos de los dos mineros a pesar de que un equipo de ingenieros chinos viajó hasta el lugar el pasado 16 de agosto para analizar la situación sobre el terreno. Aunque hasta entonces CITIC mantenía la posibilidad de que los dos mineros pudiesen aún seguir con vida, notificó a las autoridades turcas que carecía de personal especializado adecuado para llevar a cabo la operación de rescate necesaria, según relataba el pasado 23 de septiembre el diario Hürriyet. El TTK inició entonces un proceso administrativo para retirar la concesión a la empresa china CITIC y buscar otra compañía que se hiciera cargo del pozo, pero dejó hasta entonces aparcada la cuestión de la recuperación de los cuerpos de los mineros aún atrapados.
Turan Karagoz, ingeniero de minas, denunciaba en declaraciones a la prensa que CITIC logró la concesión de la mina ofreciendo precios muy bajos a costa de la seguridad y las condiciones laborales de los mineros. Karagoz afirma que la compañía china abrió otros pozos en Karandon para los que trajo mineros de China a los que pagaba 150 dólares mensuales y que vivían en unas condiciones tremendamente precarias.
Zonguldak, una provincia al oeste del Mar Negro históricamente muy vinculada a la minería del carbón, ha visto cómo desde los años 90 la producción de carbón se ha reducido a la mitad, y de los 40.000 mineros que había entonces hoy sólo quedan unos 11.000, 2.000 de los cuales son chinos traídos por compañías extranjeras que tienen la concesión de las minas, lo que ha convertido esta zona de Turquía en la de mayor número de trabajadores extranjeros de todo el país.
VIDEO DE LA ENTREVISTA A LOS FAMILIARES DE LOS MINEROS
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