Después de que hace unos días sorprendiera con unas declaraciones en las que se mostraba a favor de la apertura de la Iglesia de San Pablo de Tarso a las ceremonias religiosas, Ali Bardakoğlu, máximo responsable de asuntos religiosos en Turquía, declaró que la medida podría extenderse a lugares como el actual museo de Santa Sofía.
Bardakoğlu hizo estas declaraciones el miércoles en una charla con los periodistas durante el "iftar", la cena diaria de ruptura del ayuno del Ramadán. "Turquía no se convertirá en un país cristiano por permitir que tres o cuatro iglesias celebren ceremonias religiosas", dijo Bardakoğlu en referencia a aquellas voces que han criticado la medida como un intento de "cristianización" del país euroasiático, de mayoría musulmana.
Durante la celebración del iftar, el responsable de la Administración de Asuntos Religiosos reiteró además su llamamiento hecho la semana pasada a la reapertura del actual museo de la Iglesia de San Pablo en Tarso como centro religioso. "Encuentro más correcto que la Iglesia de San Pablo en Tarso funcione como una iglesia, que su actual papel como museo... Los cristianos (en Turquía) tienen la misma demanda", comentó.
En respuesta a preguntas de la prensa acerca de si el actual museo de Santa Sofía en Estambul podría albergar también ceremonias religiosas, Bardakoğlu respondió que tal demanda no está en la agenda del organismo que dirige, pero que su postura era apoyar la libertad de cualquier persona para practicar su religión sea cual sea.
"Esta no es una decisión que podamos tomar nosotros. La Administración de Asuntos Religiosos simplemente expresa su opinión cuando se le pregunta", dijo Bardakoğlu, quien subrayó que su apoyo a la libertad religiosa no se limitaba sólo a los cristianos en Turquía, sino también a la minoría musulmana en Tracia Occidental (Grecia), Albania o Macedonia, así como a las minorías cristianas que viven en otros países.
Santa Sofía, una antigua iglesia bizantina construída por el emperador Justiniano, fue transformada en mezquita tras la conquista de la ciudad por los otomanos en 1453, y posteriormente convertida en un museo por Atatürk en 1935 tras la declaración de la República. Aunque Turquía tiene cientos de iglesias en funcionamiento para su minoría cristiana, hasta hace poco estaba prohíbido celebrar actos religiosos en aquellos templos que funcionan actualmente como museos.
Tras cambios en la legislación hechos por el gobierno turco, el pasado 15 de agosto se celebró por primera vez en casi 90 años una multitudinaria ceremonia en el antiguo Monasterio de Sümela, presidido por el Patriarca Greco-Ortodoxo Bartolomeo I y con la asistencia de unas 1.500 personas.
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