Decenas de miles de personas de todas las ideologías se manifestaron este domingo en toda Turquía en el aniversario del llamado "golpe postmoderno" del 28 de febrero 1997, en el que el ejército turco envió un ultimatum al gobierno exigiéndole su renuncia.
Muchos de los manifestantes se reunieron el domingo en Estambul para protestar en el 13º aniversario del golpe de 1997, cuando el ejército obligó a dimitir al gobierno del primer ministro Erbakan por considerarlo demasiado islamista. "Los autores del golpe deberían ser juzgados", "Nunca más" o "Di basta a los golpes de estado" fueron algunos de los eslóganes que podían leerse en las pancartas que portaban los manifestantes.
"Cuánto hemos sufrido con los golpes de estado... Dios no quiera que haya otro, el país no podría volver a levantarse... Esto ya no es izquierda contra derecha, se trata del pueblo turco", comentaba uno de los asistentes a la protesta.
De hecho el eslogan de la manifestación decía "hombro con hombro, plantamos cara a los golpes de estado", en referencia a esa unión de la gente contra las intervenciones militares del pasado al margen de su ideología. "Se trata de una reacción común de diferentes ideologías contra los golpes de estado y los intentos de golpes de estado", comentaba una socióloga. "Ese eslogan simboliza la reación de todos los sectores de la población, no sólo izquierda, derecha o religiosos, sino todo el mundo. Y está ocurriendo aquí. Aquí no se está poniendo por delante la identidad de nadie", comentaba uno de los organizadores de la protesta, que tuvo lugar en el distrito europeo de Beyoğlu.
A poca distancia de allí, en el distrito de Beyazıt (en pleno casco histórico de la ciudad), se desarrolló otra protesta en la que los manifestantes aprovecharon el aniversario del golpe para recordar las restricciones religiosas que existen desde entonces, especialmente en cuanto al uso del velo islámico.
"Cuando la gente pueda ir a la universidad llevando su velo islámico, sabré que ese período se ha acabado", comentaba Elvan Yılmaz, una estudiante de la Universidad del Bósforo de Estambul, que viste el tradicional pañuelo en la cabeza pero que se ve obligada a quitárselo para asistir a la universidad. Como ella, muchas mujeres que visten el tradicional velo islámico en Turquía (más del 60% de las mujeres turcas lo usan) se ven obligadas a quitárselo o a ocultarlo bajo pelucas en instituciones públicas, bajo pena de ser rechazadas. Muchas otras simplemente renuncian a los estudios universitarios o se van a estudiar a otros países al verse obligadas a elegir entre sus creencias personales y su deseo de cursar una carrera.
El golpe no triunfó
Preguntado el sábado por los periodistas, el vice primer ministro turco Cemil Çiçek comentaba que aunque los autores del golpe del 28-F aseguraron que sus tesis durarían 1.000 años, ni siquiera habían durado diez. "Por fortuna se ha acabado. No hay vuelta atrás para Turquía. Turquía ha dado pasos de gigante en términos de democracia, aunque aún sigue habiendo deficiencias. El proceso de integración con la UE estará lejos mientras estas deficiencias existan", comentó Çiçek.
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