El pasado 18 de marzo tuvo lugar en Çanakkale (a orillas del Mar de Mármara) la ceremonia de conmemoración del 95º aniversario de la Victoria Naval de Çanakkale, considerada la mayor victoria bélica del Imperio Otomano durante la I Guerra Mundial y que en Occidente es conocida como la "Batalla de Gallipoli".
A la emotiva ceremonia asistieron numerosas autoridades civiles y militares así como abundante público, que recordaron a los cientos de miles de soldados caídos en el lugar durante la contienda con un silencio y la interpretación del himno nacional.
Durante la ceremonia, el primer ministro turco aprovechó para referirse a los recientes acontecimientos en torno al llamado "genocidio armenio", que según Armenia ocurrió en la misma época de la batalla, durante los años finales del Imperio Otomano. "La historia de nuestro país está limpia y es victoriosa. Cualquier decisión tomada por parlamentos de otros países no puede deformarla. Aquellos países que causaron la muerte de millones de personas en las dos guerras mundiales deberían primero pensar sobre sus propias acciones y sus propios errores", dijo Erdoğan. "Turquía ha hecho un gran progreso en los últimos años, y celebrará el centenario de su fundación en 2023 situándose entre las diez principales economías del mundo", agregó.
El Presidente de la República, Abdullah Gül, recordó la resistencia y heroicidad que el pueblo turco mostró contra los poderosos ejércitos occidentales en Çanakkale y subrayó que esa lucha cambió el curso de la historia. "Más de 250.000 héroes, que se sacrificaron en Çanakkale para defender nuestra independencia frente a los enemigos que trataban de borrar nuestra nación de las páginas de la Historia, son nuestros héroes que vivirán por siempre", dijo por su parte el Presidente de la Asamblea Nacional, Mehmet Ali Şahin, presente también en la ceremonia.
La batalla
Corría la I Guerra Mundial cuando el Imperio Británico y Francia organizaron una operación conjunta para adueñarse de la capital otomana, Estambul (por entonces llamada aún oficialmente Constantinopla). Su objetivo era no sólo decapitar al moribundo Imperio Otomano sino sobre todo conseguir así controlar el tráfico de los estrechos y ganar una ruta segura hacia el Mar Negro y Rusia.
El plan británico para atravesar el Estrecho de Çanakkale (conocido en Occidente como Estrecho de Dardanelos), ideado por el almirante Sir Sackville Hamilton Carden, consistía de tres etapas: neutralizar los fuertes otomanos situados a la entrada de los estrechos, limpiar los campos de minas para impedir la entrada de buques, y finalmente avanzar hacia el Mar de Mármara y desde allí bombardear Estambul y desembarcar las tropas en la ciudad para tomarla.
Las fuerzas aliadas iniciaron el ataque el 19 de febrero de 1915, y continuaron hasta el 13 de marzo bombardeando los fuertes otomanos que guardaban el paso de los Dardanelos, consiguiendo mientras a duras penas que los dragaminas hicieran su trabajo y abrieran un paso para los buques de guerra. Pero a pesar de su clara superioridad bélica y tecnológica, un factor con el que no contaban frances y británicos era con la determinación de los turcos otomanos.
Para el 18 de marzo, los Aliados habían destruido los fuertes de Seddülbahir y Ertuğrul, situados en la orilla europea del estrecho, y los fuertes de Kumkale y Orhaniye, ubicados en la orilla asiática. Sin embargo, apenas habían conseguido limpiar unas 5 millas de minas. La flota aliada conjunta de británicos y franceses apareció por la entrada del estrecho en la mañana del 18 de marzo, comandada en cabeza por el buque de guerra Queen Elizabeth de la marina británica, que tenía el objetivo de bombardear y destruir el fuerte de Mecidiye, mientras el Lord Nelson atacaría el furte de Namazgah y el Inflexible se ocupaba del fuerte Hamidiye. Los bombardeos comenzaron, devastando las defensas otomanas, que sin embargo se mantenían gracias a la herocidad mostrada por muchos de sus soldados.
Cuando todo parecía ya perdido, el destino se puso del lado de los turcos. El buque francés Bouvet chocó contra una mina haciéndola explotar; el barco se hundió en sólo dos minutos y casi toda su tripulación con él. En pocas horas, otros barcos de guerra franceses y británicos fueron hundiéndose a causa del choque contra las minas que guardaban el paso de los estrechos.
La marina aliada no consiguió atravesar el Estrecho de Dardanelos y capturar Estambul, ni por mar primero ni más tarde con el fracasado intento ideado por Winston Churchill (entonces Ministro de Marina británico) de desembarcar y tomar la capital otomana por tierra. La expedición terrestre se inició el 25 de abril de 1915 con un desembarco en la Península de Gallipoli de 75.000 soldados aliados, que sin embargo no logró tomar por sorpresa a los otomanos y quedó estancada en las playas de Çanakkale, fracasando todos los intentos de avanzar por tierra.
Británicos, franceses australianos y neozelandeses quedaron atrapados en la Bahía de Suvla y el Cabo Helles, entre el mar y las colinas en poder de las fuerzas turcas, hacinados y casi sin suministros ni agua. Hasta la evacuación final de las tropas aliadas de Gallipoli en enero de 1916, ambos bandos perdieron más de 250.000 hombres -cada uno- entre muertos y heridos; en total, más de 115.000 soldados de uno y otro lado que quedaron para siempre en Çanakkale.
La tenacidad de las fuerzas otomanas y su victoria en ambas ofensivas contribuyó a devolver el prestigio militar al moribundo Imperio Otomano y constituyó todo un hito que marcó profundamente la posterior lucha por la independencia de la naciente República de Turquía frente a la ocupación de las potencias occidentales. No en vano, un audaz general otomano nacido en Tesalónica fue precisamente el encargado de la defensa de Çanakkale/Gallipoli: Mustafa Kemal... Allí se labró su fama como brillante jefe militar y se convirtió en todo un héroe nacional. Pero esa, ya es otra historia.
"Aquellos héroes que derramaron su sangre y perdieron sus vidas... Ahora descansais en la tierra de un país amigo, así que descansad en paz. Para nosotros no hay diferencia entre los Johnnies y los Mehmets, descansan juntos aquí, en este país nuestro... Vosotras, las madres que enviasteis a vuestros hijos desde países lejanos, secad vuestras lágrimas. Vuestros hijos descansan ahora en nuestro seno, y están en paz. Tras haber perdido sus vidas en esta tierra, se han convertido también en nuestros hijos".
Mustafa Kemal Atatürk (inscripción en una lápida en Çanakkale)
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