El presidente turco Abdullah Gül declaró a la prensa antes de partir en visita oficial para la India que Turquía ha perdido una oportunidad de cambiar su constitución, elaborada tras el golpe de estado de 1980 y considerada por muchos como uno de los principales obstáculos que arrastra el país para avanzar en las reformas democráticas.
"Este parlamento (la Asamblea Nacional Turca) ha perdido la oportunidad de aprobar una nueva constitución a pesar del consenso social sobre la necesidad de hacerlo. No sé cuánto podrán lograr ahora haciendo cambios aquí y allí", declaró el Presidente Gül el domingo preguntado por la posibilidad de que se aprueba una nueva carta magna en esta legislatura.
El partido gobernante AKP obtuvo el 47% de los votos en las elecciones del 22 de julio de 2007 después de una campaña en la que una de sus principales apuestas electorales fue la elaboración de una nueva constitución para el país que dejase atrás los años de la tutela del ejército sobre la democracia turca. El AKP posee 338 de los 550 diputados del parlamento turco, que reparte el resto de sus asientos principalmente entre el kemalista CHP, el nacionalista MHP y el pro-kurdo DTP (ahora sustituído por el BDP). Este amplio espectro de partidos y la cómoda victoria electoral del AKP parecían anunciar que esta legislatura sería la de la elaboración al fin de una nueva constitución para Turquía.
Sin embargo los proyectos de cambios y reformas que inicialmente puso en marcha el AKP se vieron rápidamente truncados cuando el fiscal jefe Abdurrahman Yalçınkaya de la Corte Suprema de Apelaciones demandó en 2008 al partido ante el Tribunal Constitucional pidiendo su ilegalización al acusarlo de atentar contra los principios laicos del país y buscar la instauración de un régimen islámico. El Constitucional decidió finalmente desestimar la demanda, pero el principal partido de la oposición -el ultra laico CHP- uso desde entonces dicha acusación para arremeter contra cualquier propuesta del AKP asegurando que el partido gobernante había perdido toda autoridad para proponer cualquier cambio constitucional, que el CHP por otro lado rechaza.
Además del aviso que los sectores judiciales más intransigentes lanzaron al AKP con esa demanda, se unió otra nueva actuación del Tribunal Constitucional, que en en junio de 2009 rechazaba por inconstitucional la reforma de dos artículos de la Constitución de Turquía consensuados por el AKP y el MHP, y que permitían que aquellas mujeres que vestían el tradicional pañuelo islámico pudieran asistir a las universidades públicas del país. A pesar de la controversia suscitada por el alto tribunal -que interpretó de forma totalmente subjetiva los tres primeros artículos de la Constitución para rechazar la reforma-, la sensación a partir de entonces fue que la corte constitucional turca rechazaría cualquier intento de cambio constitucional aprobado en el parlamento, tarea en la que sería ayudado por el CHP, empeñado en apelar ante el Tribunal Constitucional la más mínima propuesta de reforma.
Numerosas organizaciones y colectivos de Turquía -incluyendo a la poderosa patronal turca TÜSİAD- llevan mucho tiempo pidiendo la elaboración de una nueva constitución que ayude a superar los problemas del pais. El AKP sin embargo parece haberse resignado a no llevar a cabo la redacción de una nueva constitución para Turquía en esta legislatura, y en su lugar ha preparado un pequeño paquete de medidas que incluye 22 enmiendas parciales a la carta magna, pendientes aún de ser aprobadas en la Asamblea Nacional Turca. Muchos hablan ya en Turquía por tanto de que las próximas elecciones generales -previstas para julio de 2011- serán un aténtico referéndum sobre las reformas introducidas por el AKP, y decidirán si la sociedad turca sigue confiando en el partido del primer ministro Erdoğan para sacar adelante una constitución del siglo XXI para el país.
No hay comentarios:
Publicar un comentario