La huelga general "de facto" convocada para este jueves por los principales sindicatos turcos en solidaridad con los trabajadores despedidos de la antigua empresa pública Tekel tuvo un seguimiento más bien desigual en toda Turquía, mientras el primer ministro Erdoğan reiteró ayer que el gobierno mantendrá su postura tras la protesta.
Trabajadores y simpatizantes de varios sindicatos obreros participaron en las manifestaciones que se celebraron en Estambul, Ankara, İzmir, Edirne, Mersin, Batman, Denizli y Antalya, que únicamente en la ciudad egea de İzmir consiguió reunir un número importante de manifestantes. En otras localidades del país algunos trabajadores hicieron un parón temporal en el trabajo para mostrar su solidaridad con los ex trabajadores de Tekel o no se presentaron a sus puestos.
Sin embargo la prensa turca parecía coincidir ayer en que la protesta no había conseguido el seguimiento esperando por los grandes sindicatos. Aunque la convocatoria estaba dirigida principalmente a los trabajadores de los servicios públicos, éstos funcionaron ayer prácticamente con toda normalidad salvo en casos puntuales. Quizás la ciudad más afectada fue İzmir, donde los servicios de transporte público no funcionaron en todo el día de ayer. Sin embargo en la capital, Ankara, tan sólo algunos servicios del metro sufrieron cancelaciones, mientras que en Estambul el Aeropuerto Internacional Atatürk operó con toda normalidad, y los servicios de tren, ferry y autobús tampoco se vieron afectados en la metrópolis. La huelga sí tuvo sin embargo un seguimiento importante en Edirne, donde muchos trabajadores de servicios públicos no acudieron a trabajar.
Tampoco en la calle se dejó sentir especialmente la huelga del jueves, salvo quizás nuevamente en İzmir, donde los sindicatos lograron reunir a unos 20.000 manifestantes que causaron importantes retenciones de tráfico. Las manifestaciones convocadas en Estambul y Ankara finalizaron sin grandes enfrentamientos con la policía.
En declaraciones hechas a la prensa este mismo jueves, el primer ministro Recep Tayyip Erdoğan reiteró la determinación de su gobierno a no ceder en el conflicto con los ex trabajadores de Tekel y volvió a calificar la protesta que estos mantienen en Ankara -con una acampada y una huelga de hambre- de "ilegal", al tiempo que volvió a advertir que el gobierno se verá obligado a poner fin a la misma por la fuerza si ésta no cesa a finales de este mes, ya que la acampada ocupa una de las principales avenidas de la capital.
Por su parte los sindicatos turcos, liderados por la Confederación de Sindicatos Turcos Türk-İş, tienen previsto reunirse de nuevo este viernes para analizar los resultados de la convocatoria de huelga y decidir cuáles serán los próximos pasos a seguir en el conflicto.
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