Egemen Bağış, ministro turco para la Unión Europea, llegó el viernes a España para reunirse con resposables del Ministerio de Asuntos Exteriores español y tratar las negociaciones que mantiene Ankara con la UE.
Turquía espera que al igual que ya ocurrió con la anterior presidencia sueca de la Unión, durante el semestre español se abran todos los capítulos de negociación posibles. La candidatura de Turquía a ingresar en la UE no ha sido fácil desde el principio; presentada en 1987, no fue aceptada oficialmente hasta 1999 y las negociaciones de adhesión no comenzaron hasta 2005.
Durante un encuentro con la prensa española, Bağış explicó que la Unión Europea y Turquía se necesitan mutuamente. "Turquía forma parte de todas las organizaciones europeas, salvo de la UE", dijo el ministro, al tiempo que recordó que su país "es la sexta economía más importante de Europa y la 16ª del mundo".
El jefe de la delegación turca en las negociaciones con Bruselas aludió a la importancia estratégica que tiene su país como "puente natural para los recursos naturales" que necesita Europa y que provienen principalmente del Este, de las grandes reservas de gas y petróleo de Oriente Medio y Asia Central.
Consciente de las reticencias que levanta el ingreso de Turquía en muchos países europeos, especialmente en Francia y Alemania, Bağış afirma que su labor como máximo responsable de las relaciones con la UE en "convencer a los europeos de que Turquía no entrará en la UE para destruirla, ni para crear nuevas dificultades, sino que proporcionará soluciones a los problemas actuales". Parafraseando al filósofo español José Ortega y Gasset, Bağış dijo: "Europa es el problema y Turquía es la solución".
El ministro teme no obstante que los ciudadanos de su país acaben frustrándose por los contínuos obstáculos que ponen muchos gobiernos europeos, a menudo basándose en prejuicios y en temores infundads. "Según las últimas encuestas, sólo el 40% de los ciudadanos cree que Turquía será algún día miembro de la UE... mientras que el 60% de los europeos sí cree que Turquía ingresará en la Unión". De todas formas, Bağış insiste: todas las reformas puestas en marcha por el gobierno turcopara cumplir con los estándares europeos son necesarias con o sin Unión Europea. "Más del 70% de la población cree que los cambios han contribuido a mejorar la democracia, la economía y los derechos humanos», asegura.
Bağış señala aun así como una de las principales tareas pendientes de su gobierno la reforma de la actual Constitución turca, herencia del golpe de estado de principios de los 80. "Turquía no puede ser miembro de la UE con esta Carta Magna, que representa el pasado. La sociedad actual necesita un acercamiento democrático a los problemas", dijo.
Sobre Chipre, el ministro turco es consciente de que este conflicto dificulta el acercamiento de Ankara a la UE, si bien asegura que existe una oportunidad histórica para resolverlo. De hecho, Bağış apuesta por la creación de un estado federal en la isla con igualdad política para grecocipriotras y turcochipriotas, aunque matiza que cualquier acuerdo deberá ser consensuado y aprobado por la población en referéndum.
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