La rama militar del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) reivindicó este jueves la responsabilidad del ataque contra un convoy militar el pasado lunes que causó la muerte a 7 soldados turcos; mientras, continúan las protestas por la posible ilegalización del DTP, que el Tribunal Constitucional decidirá este viernes.
La agencia de noticias pro-kurda Fırat anunció el jueves que la emboscada realizada el pasado lunes en el distrito de Reşadiye -en la provincia anatolia de Tokat- que dejó un saldo de 7 soldados muertos y varios heridos, fue perpetrado por una unidad de las autodenominadas Fuerzas de Defensa del Pueblo (HPG), brazo armado de la organización terrorista Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK). No obstante, el comunicado de la agencia señaló que el ataque no se produjo por orden expresa del PKK o del HPG, sino por una "unidad independiente" que actuó en represalia por las supuestas alegaciones de que el líder histórico de la organización, Abdullah Öcalan, ha sido confinado en una celda de menor tamaño que la anterior, algo que niega categóricamente el gobierno turco, que hasta ha invitado a una delegación del Comité Europeo contra la Tortura (CPT) a visitar las nuevas instalaciones.
"Cuando se trata de Öcalan, cada unidad (del HPG) tiene derecho a llevar a cabo actos (ataques) bajo su propia iniciativa", decía el comunicado emitido en su página web por la agencia Fırat, considerada el portavoz de las actividades del PKK.
Mientras, continúan los enfrentamientos en diversas ciudades de Turquía entre seguidores del PKK y la policía, azuzadas no sólo por nuevas quejas de los abogados de Öcalan sino también por la decisión que tendrá que tomar este viernes el Tribunal Constitucional, que ha anunciado que está listo para emitir un fallo sobre si ilegaliza el partido nacionalista kurdo DTP -con presencia en el parlamento turco y en las alcaldías de varias ciudades del sureste de Anatolia- por supuestos vínculos con el PKK.
En la ciudad oriental de Van, próxima a la frontera con Irán, seguidores del DTP se enfrentaron a las fuerzas de seguridad, que usó cañones de agua y bombas de humo para dispersar a los manifestantes. Estos por su parte respondieron lanzando contra los agentes piedras, cócteles molotov y bengalas, lo que causó heridas a un policía y numerosos destrozos en las tiendas de la zona.
Tensión al máximo entre seguidores y detractores del DTP
También hubo protestas en la ciudad de Izmir, en la costa del Egeo, pero en esta ocasión por parte de un grupo de ciudadanos que se congregaron para protestar contra el DTP, al que muchos consideran el brazo político del PKK por negarse a condenar sus atentados o a considerarlo una organización terrorista; un total de ocho personas fueron detenidas por arrojar piedras a la sede del DTP en Izmir. También fueron atacadas con cócteles molotov las sedes del DTP en la capital de Turquía -Ankara- y en la ciudad mediterránea de Hatay, al parecer por un grupo de personas que protestaban por la muerte de una estudiante en Estambul después de que el autobús en el que viajaba fuese incendiado por un grupo de seguidores del PKK.
Ha habido otros ataques contra oficinas del partido pro-kurdo en Estambul y en las ciudades de Şanlıurfa y Gaziantep, en el sureste de Turquía, con varios detenidos por la policía. Además una asociación de familiares de soldados muertos ha presentado una demanda judicial contra el DTP en Diyarbakır, a quienes acusan de incitar a la violencia por los violentos enfrentamientos que tuvieron lugar el pasado domingo 6 de diciembre en esta ciudad del sureste de Turquía.
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