BRUSELAS
La muerte de un ciudadano turco en una prisión de Bélgica ha puesto a este pequeño país europeo en el punto de mira de muchas críticas. Mientras las primeras investigaciones apuntan a evidencias de tortura, parece que este no es el primer escándalo de este tipo en el que se ven envueltas las prisiones belgas, que ya han sido motivo de advertencia anteriormente en informes que critican las violaciones de derechos humanos que allí se comenten.
Hace dos un joven alemán fue encarcelado en Turquía acusado de intentar violar a una chica británica. Por aquel entonces, el país euroasiático recibió graves acusaciones que incluían torturas similares a aquellas que aparecen en la controvertida película "El Expreso de Medianoche", que tantos estereotipos ha ayudado a alimentar durante décadas sobre Turquía y sobre las cárceles turcas. Ahora, sin embargo, es la muerte de un ciudadano turco en una cárcel de un país miembro de la Unión Europea lo que ha motivado que el gobierno turco envíe una protesta a Bélgica pidiendo una aclaración sobre lo ocurrido.
"Esto es un escándalo", dijo el viernes el consul jefe de Turquía en Bruselas, Mehmet Poroy, en declaraciones al conocido diario turco Hürriyet. Poroy destacó la deplorable situación de las prisiones belgas, a menudo mencionada en informes internacionales sobre derechos humanos. Sin embargo, el diplomático turco matizó que el problema no es con los turcos, sino con las prisiones belgas: "No se trata de racismo, ni tampoco es algo en contra de nuestros ciudadanos (los turcos). Se trata de la situación de las cárceles en Bélgica", señaló Poroy, quien agregó que se había solicitado información sobre lo ocurrido a las autoridades belgas.
El Ministerio de Asuntos Exteriores de Turquía ya ha exigido a las autoridades belgas que pongan en marcha una investigación exhaustiva sobre la muerte de Mikail Tekin, de 31 años, en la prisión Jamioulx de la ciudad belga de Charleroi, al sur del país. El ministro de exteriores turco Ahmet Davutoğlu telefoneó el pasado jueves a su homólogo belga Yves Leterme para pedirle que la investigación fuera llevada a cabo cuanto antes y diligentemente. El presidente de la Comisión de Derechos Humanos del parlamento turco, Zafer Üskül, escribió también una carta al parlamento belga pidiendo toda la información disponible en torno a la muerte de Mikail Tekin.
Christian De Valkeneer, fiscal público de Charleroi (donde se encuentra la prisión), declaró el miércoles pasado a los medios de comunicación belgas que la autopsia realizada mostraba que el ciudadano turco había muerto a causa de los malos tratos recibidos por los guardias de la prisión. En un primer momento los responsables de la prisión de Jamioulx habían negado cualquier implicación del personal de seguridad en la muerte del hombre, pero cuando el cuerpo fue trasladado a Turquía para ser enterrado en su ciudad natal de Sivas (en la Anatolia Central), los familiares de Tekin advirtieron que el cuerpo del fallecido mostraba signos evidentes de haber sido golpeado.
"Me he reunido hace poco con los abogados, hay una investigación puesta en marcha", dijo el consul turco en Bruselas, que indicó que el proceso -que tiene que determinar si se hizo un uso desproporcionado de la fuerza- llevará varios meses.
Según fuentes diplomáticas turcas, actualmente hay unos 90 ciudadanos turcos en prisiones belgas, sin incluir a aquellos que tienen doble nacionalidad. En 2001 otro ciudadano turco falleció también en una prisión de Bélgica, aparentemente de una sobredosis, aunque nunca se aclaró del todo si detrás de esa muerte no estaban los malos tratos sufridos a manos de los guardias de la prisión. Además, según indicó Poroy, en 2003 otro ciudadano extranjero encarcelado en Bélgica fue golpeado hasta la muerte.
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