MARDİN (TURQUÍA)
Al menos 44 personas, incluyendo seis niños y 16 mujeres, resultaron muertas el lunes por la noche en un ataque perpetrado por un grupo de hombres enmascarados armados con rifles de asalto Kalashnikov que irrumpieron en una ceremonia de compromiso en la localidad de Bilge, situada en la provincia de Mardin, en la frontera sureste del país con Siria. Otras tres personas resultaron heridas. Tres de las mujeres fallecidas estaban embarazadas, según informaron los medios de comunicación turcos. Se trata de una de las mayores tragedias con víctimas civiles de la historia moderna de Turquía.
Al parecer el ataque, que duró unos 15 minutos, se produjo durante una ceremonia de compromiso entre los novios previa a la celebración de la boda, en la que participaba la hija de Cemil Celebi, un antiguo jefe del pueblo de Bilge, que es uno de los heridos que ha sobrevivido. La novia, Sevgi Çelebi, el novio, Habib Ari, la madre del novio y la hermana se encuentran entre los fallecidos, así como el imam que presidía la ceremonia de compromiso a la que asistían unas 200 personas.
Los medios de comunicación lo habían descrito inicialmente como una boda. La prensa europea se refirió al incidente como un suceso relacionado con disputas entre kurdos partidarios del Estado y grupos afines al PKK. Sin embargo, las investigaciones preliminares parecen dejar claro que el ataque no está relacionado con el terrorismo sino con disputas de sangre y por la posesión de tierras relacionadas con viejas rencillas rurales, y en las que se mezclan elementos relacionados con el sistema de clanes y con antiguas tradiciones tribales, muy presentes aún en la zona rural del sureste de Anatolia.
Los medios de comunicación lo habían descrito inicialmente como una boda. La prensa europea se refirió al incidente como un suceso relacionado con disputas entre kurdos partidarios del Estado y grupos afines al PKK. Sin embargo, las investigaciones preliminares parecen dejar claro que el ataque no está relacionado con el terrorismo sino con disputas de sangre y por la posesión de tierras relacionadas con viejas rencillas rurales, y en las que se mezclan elementos relacionados con el sistema de clanes y con antiguas tradiciones tribales, muy presentes aún en la zona rural del sureste de Anatolia. "No podrías dar crédito a lo que ven tus ojos, es indescriptible", afirmó uno de los supervivientes de la masacre que llevaba en brazos a su sobrino.
Algunos medios de comunicación en Turquía apuntaban hoy a que de hecho el ataque no es el primero, sino la culminación de una serie de venganzas y vendettas entre dos clanes familiares que se remontan a muchos años atrás, y que el objetivo de los atacantes pudo ser no dejar posibilidad de una nueva respuesta por parte de la familia rival.
El ministro del interior turco, Beşir Atalay, informó ayer martes que hasta el momento ocho sospechosos habían sido detenidos y que era improbable que el suceso estuviese relacionado con un ataque terrorista, ya que se da la circunstancia de que los supuestos autores del ataque tienen idénticos apellidos a los de los asesinados. "Ocho personas han sido apresadas y detenidas, y sus armas confiscadas. El suceso es muy probablemente una disputa de sangre entre dos familias. Las evidencias obtenidas hasta ahora muestran que no ha sido obra de la organización terrorista PKK", dijo Atalay en rueda de prensa.
Tanto Atalay, ministro del interior, como el ministro de justicia Sadullah Ergin y el ministro de agricultura Mehdi Eker han llegado a la aldea de Bilge, que ha sido acordonada y permanece fuertemente vigilada por las fuerzas de seguridad turcas, imponiéndose un toque de queda en la localidad.
Condena unánime en toda Turquía
El trágico suceso ocurrido en el sureste del país ha causado una honda conmoción en toda Turquía, donde ciudadanos de a pie, medios de comunicación, políticos y miembros de la sociedad civil han lanzado mensajes de condena calificando la matanza como algo "salvaje y primitivo". El ataque ha sacudido la conciencia de un país donde antiguas tradiciones tribales y vínculos relacionados con la sangre aún persisten en zonas rurales de la frontera sureste de Anatolia cercana a la frontera con Irán e Irak, donde el desempleo alcanza cifras del 50% y el Estado a veces no tiene éxito en imponerse para acabar con viejas prácticas semi-feudales.
El Presidente de Turquía, Abdullah Gül, afirmó que "no hay modo de explicar semejante acto primitivo, semejante masacre que causa hondas heridas en la consciencia de nuestro pueblo", dijo Gül, quien puso énfasis en que hay que prestar atención a ciertas prácticas y tradiciones impropias de nuestro tiempo que aún persisten en ciertas zonas del país. El presidente del parlamento turco, Köksal Toptan, condenó también lo ocurrido diciendo: "No puede haber razones justificadas para cometer semejante acto de violencia contra niños y mujeres inocentes".
Por su parte el primer ministro Recep Tayyip Erdoğan confirmó que las informaciones apuntan a que se trata de un ataque que responde a una vieja enemistad entre dos familias. El primer ministro turco hizo un llamamiento a tomar todas las medidas posibles para que sucesos como este no vuelvan a repetirse nunca más.
"Pido a las universidades de la región, a los medios de comunicación, a las organizaciones no gubernamentales, a las instituciones educativas y a los creadores de opinión que actúen. Ningún tipo de tradición puede justificar esta matanza, ninguna conciencia puede justificar este tipo de dolor", dijo consternado Erdoğan.
LINKS RELACIONADOS:
No hay comentarios:
Publicar un comentario