MADRID (agencias)
La vista oral del juicio por el accidente del Yak-42 que tuvo lugar en 2003 en Trabzon (Turquía), en el que murieron 62 militares españoles, se reanudó ayer con la declaración de dos forenses turcos en la que estos aseguraron que los jefes militares españoles sabían que repatriaban cuerpos sin identificar, pero que tenían prisa por llegar al funeral de Estado.
Bülent Sam y Ömer Müslümanoğlu comparecieron como testigos a petición del fiscal del caso y de la Asociación de Familiares de Víctimas. Ambos habían mostrado previamente su contrariedad durante una entrevista televisiva por no haber sido convocados por el juez, y habían asegurado repetidamente tener pruebas contundentes de que el general Navarro estaba mintiendo descaradamente.
Ambos forenses turcos, que participaron en las autopsias realizadas en Trabzon inmediatamente después del accidente, llegaron la noche del martes a España a petición de los familiares en un viaje que ellos mismos se pagaron de su bolsillo. Los fiscales afirmaron que los militares españoles con el general Vicente Navarro al mando insistieron en repatriar a España los 30 cadáveres sin identificar, porque según les dijeron tenían que llegar al funeral que se iba a oficiar en España poco después y cuya fecha ya estaba fijada desde Madrid, a pesar de que no había tiempo material para identificar los cadáveres.
Este testimonio, que puede resultar vital para el desenlace final del juicio, se contradice con la declaración efectuada por el general Navarro el pasado 24 de marzo, en la que como principal acusado admitió que hubo errores en la entrega e identificación pero los achacó a las autoridades y forenses turcos, quienes según él no les habían dejado acercarse a los cadáveres y le hicieron firmar un documento en turco sin conocer su contenido. Dicho documento decía que 30 de los cuerpos que viajaban a España iban sin identificar, a la espera de que las autoridades españolas completasen su identificación que, por el estado de los cuerpos, era imprescindible realizar a través del ADN.
Los expertos turcos han subrayo que dejaron claro a los españoles que para la correcta identificación de 30 de los cuerpos era imprescindible realizar un test de ADN, pero "los militares responsables españoles, con el general Vicente Navarro al mando, insistían en llevarlos sin identificar porque dijeron que tenían que llegar al funeral que se iba a celebrar en España", y les prometieron que terminarían los trabajos de identificación en España.
Sam y Müslümanoğlu han asegurado que en todo momento hubo un traductor con el equipo -extremo que había negado Navarro- y que además turcos y españoles se comunicaron perfectamente en un inglés fluido. Además Bülent ha aportado varias fotografías en las que puede verse a los militares españoles examinando y manipulando los cuerpos durante las autopsias, negando así que los turcos les hubiesen impedido acceder a ellos. También dejó claro que el acta en el que especificaban que 30 de los cuerpos iban sin identificar pendientes de las pruebas de ADN -y que firmó entre otros el propio general Navarro- fue igualmente traducido previamente por el traductor, de forma que Navarro entendió perfectamente su contenido.
Los forenses turcos han destacado que los trabajos de identificación los realizaron cuatro médicos forenses turcos y "con presencia de militares españoles", y en una de las declaraciones más sorprendentes de la jornada de ayer aseguraron que el general Navarro "olía a alcohol" y que todo el equipo turco se dió cuenta de ello. Posteriormente en unas declaraciones hechas a la prensa a las puertas de la Audiencia Nacional tras testificar, ambos forenses han afirmado que pudieron ver al general Vicente Navarro beberse una botella de vodka.
Sam y Müslümanoğlu mostraron su satisfacción por haber comparecido y haber dicho todo lo que sabían. "Hicimos bien en venir", dijo Bülent, que al igual que su compañero ha viajado hasta España empleando para ello sus días libres en el trabajo y pagándose el viaje de su propio bolsillo, algo que los familiares de las víctimas les agradecieron profusamente.
Con las declaraciones de los dos testigos turcos concluyó la sesión de ayer del juicio por el accidente del Yak-42. El juez Bermúdez ha anunciado que la sesión se reanudará el próximo lunes con los informes del ministerio fiscal, y se prevé que el juicio concluya el próximo martes.
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