LAMPEDUSA (ITALIA)
Tras cinco días en condiciones infrahumanas, la pesadilla ha concluido para los más de 140 inmigrantes que fueron rescatados por el carguero turco "Pınar" frente a las costas de Malta cuando estaban a punto de naufragar. Las autoridades italianas aceptaron finalmente ayer lunes que las 142 personas de origen africano desembarcaran en suelo italiano, a pesar de los intentos por que fuera el gobierno de Malta quien se hiciera cargo de ellos. Aun así el gobierno italiano ha asegurado que debió ser Malta quien acogiese a los inmigrantes en su territorio, dado que fueron rescatados frente a sus costas.
En declaraciones hechas a la televisión turca, los responsables del barco -de propiedad y tripulación turca pero que navegaba bajo bandera de conveniencia panameña- han destacado que los tripulantes compartieron todo lo que tenían con los inmigrantes rescatados durante esos días, desde comida y agua hasta ropa, y que ellos mismos se encontraban en una difícil situación ante la falta de más suministros y el temor a que los rescatados se amotinasen por las lamentables condiciones en que se encontraban. Una mujer embarazada llegó a morir, y otra de 16 años se encontraba en estado muy grave.
Sólo a última hora Italia decidió enviar un helicóptero con mantas y algunos suministros, pero el carguero turco permanecía bloqueado por dos buques de guerra italianos para impedir que arrivase a sus costas. El gobierno de Malta había rechazado igualmente el barco conminándole a que se dirigiese hacia la isla italiana de Lampedusa.Tras ser autorizados a acercarse a la costa italiana, el "Pınar" se dirigió hacia su destino inicial, el puerto de Sfax en Túnez. Las autoridades italianas realizaron previamente un exámen médico a los 13 miembros de su tripulación antes de la partida.
Tres de los inmigrantes que desembarcaron en suelo italiano tuvieron que ser hospitalizados inmediatamente, al igual que el cuerpo de la mujer fallecida, que llevaba varios días a bordo del barco. El resto de los refugiados fueron trasladados a un campo de refugiados en Sicilia.
La Comisión Europea agredeció en un comunicado al carguero turco que salvara la vida de los inmigrantes africanos, que de otro modo habrían naufragado a varios kilómetros de la costa.
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