El primer ministro turco, que se encuentra en EE.UU., pidió a Obama que no apoye las reivindicaciones acerca del llamado "genocidio armenio".
NUEVA YORK
El primer ministro turco, Recep Tayyip Erdoğan, ha pedido al recién elegido presidente de Estados Unidos, Barack Obama, que una vez asuma la presidencia apoye a Turquía en su lucha contra el terrorismo y que evite respaldar las alegaciones de la diáspora armenia que intentan calificar de "genocidio" la muerte de miles de armenios durante los años finales del Imperio Otomano.
"Felicito sinceramente a Barack Obama y a su equipo que ganó las elecciones. Turquía y los Estados Unidos, como dos aliados que tienen relaciones muy fuertes, se han estado apoyando mútuamente durante más de medio siglo", dijo el primer ministro turco el jueves durante una conferencia en la Universidad Columbia de Nueva York, donde se graduó Obama. "Turquía está determinada a continuar con la estrecha colaboración con la nueva administración de Obama. Naturalmente, esperamos que la administración de los EE.UU. tome en consideración nuestra sensibilidad acerca de cuestiones que son de vital importancia para nosotros", añadió Erdoğan.
Las declaraciones de Erdoğan, que se encuentra en Estados Unidos para asistir a la histórica cumbre del G-20, se refieren al hecho de que durante su campaña Obama prometió a los votantes norteamericanos de origen armenio que apoyaría sus reivindicaciones sobre el llamado "genocidio armenio" si fuera elegido presidente. Turquía no sólo niega categóricamente tales acusaciones, sino que además asegura que este tipo de medidas por parte de terceros países podrían dañar seriamente las incipientes relaciones entre Turquía y Armenia. Ambos países no tienen relaciones diplomáticas desde 1993, cuando el gobierno turco cerró su frontera y cortó sus lazos con Armenia en protesta por la ocupación armenia del enclave azerbaiyano de Nagorno-Karabaj. Precisamente Ankara insiste en que la normalización de relaciones entre los dos países pasa por la retirada de este enclave y porque el gobierno de Yerevan deje de apoyar los intentos de la diáspora armenia porque se reconozca el "genocidio" armenio.
El Congreso de los Estados Unidos ha archivado ya en dos ocasiones sendas resoluciones en las que se pedía el reconocimiento del llamado "genocidio armenio" a causa de las presiones de la administración Bush, que temía un serio daño a las relaciones con Turquía. Pero es probable que la propuesta sea llevada por tercera vez al Congreso cuando Obama asuma el sillón de la Casa Blanca.
Erdoğan declaró que de cómo trate la nueva administración estadounidense esta cuestión dependerán la buena marcha en el futuro de las relaciones entre Turquía y Estados Unidos, si bien se mostró satisfecho por el hecho de que Obama ya haya confirmado que Estados Unidos mantendrá la cooperación con Turquía en materia de lucha contra el terrorismo. Erdoğan aprovechó además para recordar que Turquía ha propuesto la creación de un comité conjunto de historiadores que estudian las demandas armenias, y que aún seguían esperando una respuesta de Armenia a la oferta. "Dejemos que los historiadores hagan su trabajo. Hemos abierto nuestros archivos, y si los armenios tienen sus archivos, dejemos también que los abran al público. Dejemos que los historiadores estudien los archivos y decidan. Y todos nosotros respetaremos el resultado cualquiera que sea", dijo.
Las relaciones entre Ankara y Washington pasaron por un mal momento cuando el parlamento turco rechazó en 2003 una petición del gobierno estadounidense para ayudar al ejército norteamericano en la guerra de Irak. Desde entonces, la tensión entre ambos países se mantuvo a medida que Estados Unidos hacía constantemente oídos sordos a las peticiones de ayuda contra el terrorismo del PKK, cuyas bases se encuentran en el norte de Irak, donde el gobierno autónomo kurdo-iraquí ha sido desde siempre un aliado fiel de EE.UU. En noviembre de 2005, sin embargo, Bush prometió cooperación en materia de inteligencia militar a Turquía para ayudarla a luchar contra el PKK, proporcionando información en tiempo real a las Fuerzas Armadas Turcas sobre los movimientos del PKK en la región.
Erdoğan se refirió en su discurso también a la disputa acerca del programa nuclear iraní, y reiteró que Turquía se opone a la proliferación de armas nucleares pero que también apoya el derecho de cualquier país a utilizar la energía nuclear para fines pacíficos.
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