Las declaraciones del presidente turco vienen a raíz de la polémica por el paso de buques de guerra hacia Georgia.
ESTAMBUL
Durante una conferencia de prensa conjunta con el presidente rumano Traian Basescu, tras una reunión conjunta en la que ambos mandatarios analizaron los recientes acontecimientos en Georgia, el Presidente de Turquía Abdullah Gül afirmó que no se necesitaba un nuevo acuerdo para regular el paso de navíos de guerra a través del Bósforo hacia el Mar Negro.
"No creo que se necesite un nuevo acuerdo en la región", dijo Gül desde Estambul al ser preguntado por la posible intervención de EE.UU. en la región para frenar las ambiciones rusas en el Cáucaso. El presidente turco señaló además que las conversaciones mantenidas con su homólogo rumano habían contribuido considerablemente a mejorar las relaciones bilaterales entre Turquía y Rumanía.
"Como países con costas en el Mar Negro, estamos determinados a proteger la paz y la estabilidad en la región", dijo Gül, quien añadió que durante sus conversaciones con Basescu había podido comprobar que ambos tenían puntos de vista similares acerca de la necesidad de traer la paz, la estabilidad y la prosperidad a la región sur del Cáucaso.
"Resulta prometedor que las luchas hayan llegado a su fin, que se haya alcanzado un alto al fuego y que Rusia haya comenzado a retirar sus tropas de acuerdo a él" declaró Gül.
Por su parte el presidente rumano declaró estar contento de ver que Turquía y Rumanía compartían la misma opinión acerca de la necesidad de mantener la integridad territorial de Georgia. Basescu señaló que durante las conversaciones mantenidas con Gül se habían tratado temas relacionados con proyectos energéticos en el Cáucaso -en referencia al oleducto del Cáucaso, que atraviesa Azerbaiyán, Georgia y Turquía-, que el mandatario rumano consideró que pueden continuar a pesar de la situación en la región. Basescu aprovechó además la ocasión para reafirmar el apoyo de su país a la candidatura de Turquía a la Unión Europea.
Polémica por el paso hacia el Mar Negro
Las declaraciones del presidente turco llegaron a raíz del paso de varios barcos de guerra de la Marina estadounidense hacia el Mar Negro cargados con ayuda humanitaria, lo que ha causado polémica en Turquía al suponer según algunos analistas una violación de la Convención de Montreux, firmado en 1936 para devolver la soberanía del Estrecho del Bósforo a Turquía, y que regula el tráfico marítimo a través de los estrechos que dan paso al Mar Negro.
Según este acuerdo, en tiempos de paz hasta nueve barcos de guerra extranjeros que no excedan las 10.000 toneladas de carga pueden atravesar los Dardanelos y el Bósforo, pudiendo permanecer en el Mar Negro un máximo de tres semanas siempre y cuando avisen al gobierno turco con 15 días de antelación. Es el caso de los cuatro navíos -entre ellos la fragata española "Almirante Juan de Borbón"- que cruzaron ayer viernes el Bósforo y se dirigieron a los puertos de Bulgaria y Rumanía como parte de unas maniobras de la OTAN. La Alianza Atlántica quiso desvincular ayer la presencia de estos buques del conflicto en el Cáucaso recordando que este despliegue estaba previsto y ya había sido planeado hace más de un año.
Turquía autorizó el paso de los buques norteamericanos con destino a Georgia bajo el argumento de que se trata de barcos en misión humanitaria, lo que los excluye de las restricciones del acuerdo de Montreux. No obstante Rusia mostraba ayer su "inquietud" por el movimiento naval en la zona precisamente en un momento en que comienza a retirar sus tropas de la zona.
Turquía, que es miembro de la OTAN y cuenta con el segundo mayor ejército de la organización después de EE.UU., ha buscado no obstante mantenerse neutral en el conflicto del Cáucaso ya que tiene importantes lazos comerciales y energéticos con Rusia, y ha desplegado en los últimos días toda su diplomacia para lograr la estabilización en la región. El primer ministro turco Recep Tayyip Erdogan viajó recientemente a Moscú y Tiflis para ofrecer un Pacto de Cooperación y Estabilidad en el Cáucaso, que comprendería a Azerbaiyán, Armenia, Georgia, Rusia y Turquía. Hasta ahora Baku, Tiflis y Moscú han valorado positivamente la iniciativa, y en los próximos días Rusia intentará que se una también Armenia, aliada rusa pero sin relaciones diplomáticas con Turquía.
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