Según informaciones de la prensa turca, el secuestro podría haber causado una seria división en el seno del PKK, que teme una respuesta contundente de Alemania.
ANKARA
El Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) estaría dispuesto a liberar a los tres alpinistas alemanes secuestrados la semana pasada en Turquía si Ankara detiene las operaciones militares del ejército turco actualmente en marcha contra esta organización terrorista. Los tres montañeros fueron secuestrados el pasado día 9 de julio por miembros del PKK, muy cerca de la frontera este de Turquía, mientras se encontraban en un campo base como parte de una expedición al monte Ararat, el más alto del país. Todos ellos son originarios del estado alemán de Baviera y formaban parte de un grupo de 13 alpinistas alemanes, que ya han regresado a su país.
Ahmed Deniz, portavoz del PKK en el norte de Irak, declaró que los rehenes serán liberados si "Alemania cambia su política y exige a Turquía que termine con su ofensiva contra el PKK". Deniz aseguró también que el PKK está "preparado" para entregar a los rehenes a ONGs internacionales, que actuarían como intermediarias, e indicó que el PKK emitirá pronto un comunicado respecto a este asunto.
Ahmed Deniz, portavoz del PKK en el norte de Irak, declaró que los rehenes serán liberados si "Alemania cambia su política y exige a Turquía que termine con su ofensiva contra el PKK". Deniz aseguró también que el PKK está "preparado" para entregar a los rehenes a ONGs internacionales, que actuarían como intermediarias, e indicó que el PKK emitirá pronto un comunicado respecto a este asunto.
La semana pasada el PKK declaró que sólo pondría en libertad a los tres rehenes alemanes si el gobierno de Berlín se comprometía a dejar de perseguir las actividades del PKK y de sus seguidores en Alemania, donde este grupo armado está prohibido desde 1993. Aún hoy en día hay varias causas pendientes contra simpatizantes o supuestos miembros del PKK en Alemania.
División en el seno del PKK
Por otro lado y según informaciones aparecidas en la prensa turca, el secuestro de los turistas alemanes podría responder a una lucha por el poder dentro del seno del PKK, muy castigado en los últimos meses por los ataques realizados por el ejército turco con apoyo de inteligencia militar norteamericana, especialmente en el tradicional refugio de los terroristas en las montañas del norte de Irak. La agencia de noticias Anatolia citaba fuentes militares que indicaban que el secuestro de los alpinistas alemanes habría sido ordenado por Fehman Hussein, líder de la facción siria del PKK, lo que habría despertado las iras de Murat Karayılan, actual líder del PKK de origen turco, ya que la organización armada había decidido últimamente no secuestrar civiles como parte de una campaña de mejora de su imagen exterior. Las mismas informaciones, obtenidas al parecer de comunicaciones de radio del PKK interceptadas, indicarían una clara división en el seno del PKK sobre el secuestro, cuyos dirigentes consideran que podría recrudecer la postura alemana contra el grupo terrorista.El secuestro de los tres montañeros coincide con el recrudecimiento de los enfrentamientos entre las Fuerzas Armadas Turcas y el PKK. Tropas de tierra del ejército turco respaldadas por cazas de combate y helicópteros habrían acabado con la vida de 22 miembros del PKK en los últimos cinco días, según informaciones procedentes del Estado Mayor Turco publicadas este pasado martes, que añaden además que entre los fallecidos se encontraría un importante miembro del grupo terrorista.
Malestar en Alemania
El secuestro de los 3 alpinistas bávaros ha provocado un tremendo malestar en Alemania, que recientemente había arrestado a varios supuestos miembros del PKK en el país y clausurado el canal de televisión Roj TV, que Turquía y Alemania consideran fomenta la violencia y es un mero instrumento propagandístico de las actividades del PKK.
Precisamente este pasado lunes unos 5.000 simpatizantes kurdos del PKK se reunían en la ciudad de Colonia causando una gran indignación entre la prensa alemana, que calificó el evento de "bofetada en la cara" para las familas de los secuestrados. El diario alemán Bild subrayó el enfado de muchos alemanes por el hecho de que las autoridades alemanas no hubieran impedido las celebraciones. Las críticas llegaron incluso desde la Unión Demócrata Cristiana (CDU), el partido gobernante en Alemania; Wolfgang Bosbach, un destacado miembro del partido, declaró que "el hecho de festejar al PKK mientras aún hay rehenes alemanes siendo retenidos por un grupo del PKK es una total provocación hacia nuestro estado de derecho".
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