Önder Sav acusó erróneamente la semana pasada al gobierno de haber intervenido su teléfono.
ANKARA
Continúan las presiones sobre el Secretario General del CHP, Önder Sav, para que dimita de su cargo tras acusar al gobierno de estar espiando sus conversaciones privadas, después de que la compañía de comunicaciones turca Türk Telekom hiciera público un documento en el que se demostraba que las acusaciones no tenían fundamento.
Sav denunció la semana pasada que su oficina estaba siendo espiada por las fuerzas de seguridad después de que el diario conservador Vakit publicara una conversación privada durante un encuentro que Sav mantuvo en su despacho con un antiguo gobernador. El incidente, además, inició un nuevo debate político en Turquía después de revelarse que la policía turca tenía autorización dada por un tribunal de controlar las comunicaciones de todo el país.
El incidente, sin embargo, se volvió en su contra al revelarse que todo había sido a causa de la torpeza del propio Sav. El diario Vakit dió a conocer que todo había ocurrido debido a que el secretari general del CHP había olvidado colgar su teléfono móvil después de recibir una llamada de uno de los periodistas del rotativo, algo que fue posteriormente confirmado por la propia operadora de movil Türkcell, quien aseguró que había una llamada de 44 minutos de duración entre el diario y el móvil del implicado.
A raíz de esto, y pese a la insistencia de algunos miembros del CHP en mantener la acusación de "espionaje" contra el gobierno, incluso la prensa favorable al CHP como el diario Hürriyet pidió la dimisión de Sav y todo su equipo por haberse apresurado a lanzar una acusación sin fundamento alguno.
No es este además el único escándalo que ha salpicado al número dos del Partido Republicano del Pueblo. El diario Star publicaba recientemente otro documento en el que revelaba que el CHP había pagado más de cuatro millones de liras turcas (más de dos millones de euros) para adquirir el 40% del canal de televisión Kanaltürk, conocido por su dura postura contra el partido gobernante AKP.
El Parlamento turco aprueba estudiar las escuchas
A raíz de las demandas de la oposición de investigar las supuestas escuchas telefónicas en Turquía, la Gran Asamblea Nacional de Turquía adoptó el pasado martes una moción para investigar la denuncia hecha por el Secretario General del CHP. Dicha moción fue presentada por el propio Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP), que había mostrado su disposición a aclarar el asunto, y apoyada por todos los demás partidos políticos con representación parlamentaria. La comisión parlamentaria que llevará a cabo la investigación sobre las supuestas escuchas estará compuesta de 16 miembros del Parlamento, y tendrá una duración de tres meses.
Si bien la denuncia hecha por el secretario general del CHP resultó ser todo un fiasco que ha acabado salpicando al propio número dos del principal partido de la oposición, la polémica por las posibles escuchas realizadas por la policía turca han seguido estando en el centro de la arena política estos días después de que varios periódicos turcos aseguraran la semana pasada que un tribunal de Ankara había autorizado a las fuerzas de seguridad turcas a seguir cualquier conversación telefónica o por internet en Turquía. Las autoridades no obstante rechazaron tal acusación diciendo que la autorización no era para "pinchar" o escuchar las conversaciones, sino para simplemente hacer un seguimiento de las mismas.
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