ANKARA
Mucho se está especulando últimamente en Turquía acerca de cuál será el próximo paso que tomará el Tribunal Constitucional sobre la posible ilegalización del AKP . Según dicta la ley, el alto tribunal turco tiene dos posibilidades: ilegalizar el partido, o rechazar la demanda presentada por el Fiscal Jefe de la Corte Suprema de Apelaciones.
Si el Constitucional decide prohibirlo, es más que probable que se convoquen unas elecciones anticipadas. Los diputados del AKP se presentarían como candidatos independientes, incluyendo al propio primer ministro Erdoğan, según ha manifestado en los últimos días él mismo. Pero es evidente la inestabilidad y la nueva incertidumbre que todos estos acontecimientos traerían al país, lo que sin duda afectaría gravemente a la economía turca en un momento delicadado para la misma, especialmente a raíz de la crisis financiera mundial agravada por la escalada de precios del petróleo y los alimentos.
La otra posibilidad, que el Constitucional no prohiba el AKP, supondría un serio revés para los sectores laicos más intransigentes, que cada vez se ven más acorralados en sus propias esferas de poder. Sin duda alguna habría reacciones y fuertes críticas de políticos y medios de comunicación partidarios de la iniciativa del Fiscal Jefe, y la tensión social y política subiría nuevos puntos en Turquía.
En medio del debate que vive el seno del AKP sobre las posibles opciones del partido tras el veredicto del Tribunal Constitucional -que decidirá en unos meses si lo clausura o no bajo la acusación de ser anti-laico-, ha surgido una nueva voz que plantea una tercera posibilidad, más optimista, sobre el futuro que puede vivir el AKP y la propia Turquía tras el fallo final del alto tribunal.
El Portavoz del Parlamento turco, Köksal Toptan -uno de los fichajes estrella del partido para las últimas elecciones, conocido por su moderación y su defensa del laicismo- considera que hay una tercera opción, un camino medio, que podría ser adoptada por el Constitucional sobre la demanda de cierre del AKP. De acuerdo a esta fórmula, que según Toptan permitiría a todo el mundo quedar satisfecho, el AKP no sería clausurado, pero el Fiscal Jefe que presentó la demanda y aquellos que piensan como él -y que podrían oponerse a semejante decisión- podrían respirar tranquilos y decir que el partido del primer ministro Erdoğan ha recibido una advertencia.
Según Toptan, el Tribunal Constitucional puede apelar a varias razones: "la Corte Europea de Derechos Humanos, los Criterios de Venecia, actuar en nombre de la estabilidad, la Unión Europea, la situación cambiante mundial, los regímenes democráticos en desarrollo, o que el Fiscal Jefe estaba simplemente realizando sus funciones". Con todo eso, Toptan cree que el alto tribunal podría decidir no clausurar el AKP, y que en su lugar podría ordenar al Fiscal Jefe que continuara realizando un seguimiento del partido. Esta sería una opción de consenso y que permitiría evitar las tensiones y problemas que una y otra decisión traerían para Turquía.
Abdurrahman Yalcinkaya, fiscal jefe de la Corte de Apelaciones de Turquía, presentó el pasado 14 de marzo una demanda ante el Tribunal Constitucional pidiendo la clausura del partido en el gobierno, el AKP, y la inhabilitación de 71 miembros del AKP, incluyendo al primer ministro turco y al Presidente de la República. Políticos, académicos y organizaciones civiles de toda Turquía reaccionaron contra la iniciativa y desde la UE y el Consejo de Europa se apeló al respeto a la decisión que el pueblo turco hizo en las urnas en julio de 2007, donde el AKP ganó las elecciones con más del 47% de los votos. Casi 25 partidos políticos han sido prohibidos en Turquía en los últimos 45 años.
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