ESTAMBUL
Unas 530 personas resultaron arrestadas durante las celebraciones del pasado 1 de mayo en la Plaza Taksim de Estambul, que se cobraron numerosos heridos debido a la contundente actuación policial para dispersar a los manifestantes, lo que ha levantado numerosas críticas en Turquía. La policía intentó dispersar a la multitud con cañones de agua y gases lacrimógenos, mientras que algunos grupos violentos que participaron en las protestas respondieron arrojando piedras a los agentes. La mayoría de los detenidos, salvo una media docena, fueron liberados no obstante al día siguiente.
Una de las críticas contra la actuación policial vino por la supuesta utilización de porras especiales, que varios expertos han calificado de "absolutamente ilegales". A ello se añade el uso de otros medios tales como gases lacrimógenos, pelotas de goma, porras y golpes de manera ampliamente excesiva, según han declarado varias organizaciones. Numerosos testigos afirman que policías vestidos de paisano mezclados con la multitud aprovecharon el desconcierto causado por la carga policial para golpear repetidamente a las personas que caían al suelo.
Críticas de varias organizaciones
Varias organizaciones no gubernamentales han condenado el excesivo uso de la fuerza por parte de la policía durante las concentraciones del 1 de mayo en la famosa Plaza de Taksim de Estambul, pidiendo la dimisión del gobernador de Estambul y del jefe del departamento de policía de la ciudad. Emin Koramaz, presidente de la TMMOB, condenó lo ocurrido diciendo: "La policía cerró la plaza Taksim, que ha sido utilizada para manifestaciones de islamistas radicales, bandas radicales y otras muchas manifestaciones, a los trabajadores jubilados, los intelectuales y los demócratas de este país, lo que provocó el terror del que son responsables ante la historia, la sociedad y la ley".
El Primer Ministro turco culpa a los sindicatos
El Primer Ministro turco aseguró por su parte que los agentes y sus responsables hicieron lo necesario para controlar las protestas realizadas por miembros de los sindicatos durante las manifestaciones del 1 de mayo. Si bien dijo que le había entristecido ver los enfrentamientos entre la policía y los sindicatos, Erdoğan no dudó en culpar a los sindicatos por su insistencia en intentar concentrarse en la plaza Taksim a pesar de la prohibición expresa hecha por el gobierno.
"Los incidentes que ocurrieron durante el Día de Mayo me entristecieron, pero la situación podría haber sido mucho peor: las autoridades hicieron lo que tenían que hacer", declaró.
El gobierno y las autoridades de Estambul habían prohibido cualquier concentración durante el 1 de mayo en Taksim, alegando que suponía una amenaza para la seguridad. Sin embargo, muchos de los principales sindicatos de Turquía se concentrarían en el lugar a pesar de la prohibición.
A pesar de estas declaraciones del primer ministro, el Ministro de Trabajo y Seguridad Social Faruk Celik no dudó en pedir explicaciones a las autoridades locales por el uso excesivo de la fuerza para evitar que los trabajadores se concentraran en Taksim.
Más de 40 personas resultaron heridas en los múltiples enfrentamientos que tuvieron lugar en torno a Taksim. En 1977, un grupo de pistoleros abrió fuego contra la concentración de 750.000 personas en la plaza de Taksim, matando a 34 personas. Tras el golpe de estado de 1980, todas las concentraciones en Taksim fueron prohibidas.
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