Ahora que acabamos de comenzar un nuevo año, no quisieramos en este blog despedir definitivamente al 2007 sin recordar un importante acontecimiento que tuvo lugar el año que hemos dejado atrás: el 800 aniversario del nacimiento del gran filósofo, poeta y místico musulmán Mevlana Rumi, razón por la cual la UNESCO declaró 2007 como el año de Mevlana. Para ello traducimos a continuación un artículo aparecido el 17 de diciembre de 2006 en el diario turco Turkish Daily News.
Ojalá que la lectura de este artículo ayude a conocer algo más de este sabio cuyas profundas palabras aún vigentes después de ocho siglos tanto han influido -y siguen influyendo- en la evolución del Islam en Turquía. Ojalá que su ejemplo y sabiduría inspiren al mundo en este nuevo año 2008 que ya ha comenzado.
'Mientras el mundo busca la paz en guerras y sucesos violentos, Mevlana, con su actitud suave y compasiva y la ternura de una voz comprensiva, susurra en nuestra oido, hambriento de ternura, que la fuente del bienestar y la paz se encuentra en la tranquilidad del cuerpo, y que no seremos capaces de ver el rostro de la paz si no se presta atención a la proliferación del egoismo', dice Akyürek, alcalde de Konya. Su nombre era Celaleddin, "la gloria de la religión"; fue llamado Rumi porque vivió en la tierra de los Rum (griegos bizantinos), Anatolia, a donde su familia había emigrado desde Balkh (en el actual Afganistán) a principios del siglo XIII; adquirió el título de Mevlana o "nuestro señor" a causa de sus enseñanzas.
Su nombre era Celaleddin, "la gloria de la religión"; fue llamado Rumi porque vivió en la tierra de los Rum (griegos bizantinos), Anatolia, a donde su familia había emigrado desde Balkh (en el actual Afganistán) a principios del siglo XIII; adquirió el título de Mevlana o "nuestro señor", a causa de sus enseñanzas. Parece ser que nunca pensó en establecer una secta mística; eso ocurrió en el siglo XIV bajo su hijo el Sultán Veled. Parece ser que nunca participó en la sema, la danza ritual que conduciría a su practicante a Dios, aunque hay frecuentes referencias a ella en su poesía; aunque algunas fuentes están en desacuerdo, parece ser que esto también fue dejado para sus descendientes y discípulos. Nunca vistió las prendas y gorros que llegaron a asociarse con la secta, la tariqat (escuela sufí) Mevlevi; su vestimenta era la propia de un maestro. Nunca escribió en turco sino más bien en persa, la lengua literaria de la época; hay algunos versos turcos y griegos en sus poemas, pero muy pocos. Pero su influencia está probablemente más extendida hoy que en su propio tiempo, en términos relativos, ya que sus enseñanzas han atraido a gente de todo el mundo.
No tenemos imágenes de Mevlana de su propia época, aunque las representaciones posteriores lo muestran tradicionalmente sentado y vistiendo una larga toga, un gran turbante, barba y bigote. No hay nada que sugiera sus orígenes en estos retratos aunque las fuentes de la época en que vivió dicen que nació en Balkh alrededor de 1207, aproximadamente un año después de que Temujín se convirtiera en Genghis Khan y comenzara la expansión de su imperio desde Asia Central. Algunos sugieren que la familia de Mevlana huyó al oeste hasta Anatolia a causa de esto, pero no está claro.
La familia se estableció en Konya durante el reinado de los sultanes selyúcidas, que se encontraban en la cumbre de su poder en Anatolia hacia 1228 ó 1229. Era un tiempo en el que todos los súbditos del sultán prosperaban sin importar su religión o su lengua, las artes y la enseñanza estaban altamente valorados. Según una fuente, se cree que Mevlana escribió acerca de las miles de casas, palacios y castillos de Konya que pertenecían a los notables; por supuesto, la residencia del sultán era más grandiosa que la de ningún otro.
Numerosas personas eran invitadas por el sultán a venir a Konya a enseñar, por ejemplo el padre de Mevlana, que era también un místico. La ciudad en este tiempo era un refugio para los sabios, especialmente para cualquiera que estuviera intentando escapar del caos en Asia Central, Irán y otros lugares causado por la expansión mongola. Vinieron gentes de aquí y allá para estudiar en Konya y participar en la rica vida que ofrecía.
Aunque su padre era un místico, no parece que Mevlana fuese uno hasta que se topó con el filósofo persa Shamseddin Tabrizi en 1245 y quedó cautivado por sus enseñanzas y por su persona. Su relación con Tabrizi se volvió tan intensa que los discípulos de Mevlana se volvieron celosos de aquel. Tabrizi desapareció alrededor de dos años más tarde, según se creyó asesinado por aquellos que habían sentido envidia de él. Mevlana nunca superó la pérdida y decidió entregarse por entero al camino místico que él creía le conduciría a Dios.
El número de personas que acudían queriendo ser sus discípulos se fue incrementando con el tiempo, y cuando Mevlana murió el 17 de diciembre de 1273, estos se unieron en una gran comunidad que debía ser organizada.
El siglo XIV fue testigo de una gran expansión en el número de sus seguidores, que fueron llamados Mevlevis a causa de su gran maestro. Eran conocidos por su ritual de cánticos y giros, que les valió el descriptivo nombre de derviches girantes. A causa de su filosofía no amenazadora de paz y amor, fueron más aceptados por las personas en el poder. La secta Mevlevi fue probablemente la mayor y más difundida de todas las órdenes sufís en todo el Imperio Otomano, sucesor del Imperio Selyúcida.
Incluso cuando las sectas místicas fueron ilegalizadas en 1925 tras la fundación de la República Turca, de alguna manera los Mevlevis consiguieron seguir existiendo si bien no públicamente. El jefe de la orden en Konya incluso fue elegido portavoz del Parlamento turco. Y hay fotos del fundador de la moderna Turquía, Mustafa Kemal Atatürk, con él. El ritual de los giros era practicado de forma privada en las casas de la gente, lejos de la mirada de las autoridades. Finalmente el gobierno turco dió permiso para que se realizaran actuaciones públicas aunque lo hizo con el pretexto de que se trataba de un acontecimiento cultural. Uno puede ver esta ceremonia no sólo en Konya, sino también en uno de los pocos centros Mevlevi que quedan, el Mevlevihane, en Tünel. Los Mevlevis ahora también celebran su ceremonia en el extranjero, y la han llevado a cabo en Europa y los Estados Unidos, entre otros lugares. En los Estados Unidos, por ejemplo, se han fundado grupos para continuar la práctica de esta ceremonia.
La ciudad de Konya es hoy día la conservadora de la tradición de Mevlana en Turquía. En el lugar donde fue enterrado, existe ahora un mausoleo ricamente decorado que es también un museo y un centro de arte moderno. Las ceremonias se celebran allí del 2 al 17 de diciembre cada año, y miles de personas incluyendo muchas extranjeras vienen a observar el ritual.
El alcalde de Konya, Tahir Akyürek, habló sobre esta ciudad para TDN. "Hay algunas ciudades que están entusiasmadas con ser nuevas y reflejar la emoción y la frescura de lo nuevo. Hay algunas ciudades transportadas con el viento que sopla desde las antiguas épocas que hacen a uno sentir la esencia mística de la existencia.
"Konya es una ciudad donde el tiempo se ha grabado en la roca, donde la historia se encuentra con el presente y la sagrada voz de la eternidad resuena en sus calles porque el lenguaje de la eternidad está en su origen. De ninguna manera Konya debe ser la única ciudad del mundo que no se oponga a ser recordada como una ciudad antigua. Sé que alguna gente pensará que exagero, pero incluso cuando digo esto, la expresión ‘la ciudad más vieja del mundo' resuena en mi mente. Porque Konya está localizada en un área geográfica que incluye Çatalhöyük, la primera ciudad conocida de la historia. Así que Konya lleva desde hace 9.000 años diciendo ‘Soy una ciudad antigua' ".
"Pero una ciudad no está satisfecha con ser vieja. Sí, Konya reposa su espalda sobre Çatalhöyuk, el comienzo más antiguo de la civilización, y su antigua diosa madre Kybele. Pero aunque dice ‘Soy el símbolo de la civilización', no dice esto tomando en consideración sólo a Çatalhöyuk. Al mismo tiempo, dice esto porque fue la capital de los Selyúcidas de Anatolia, uno de los miembros más elegantes de la civilización islámica.
"Konya y los Selyúcidas son un platanero que echa sus raíces en un lugar llamado Anatolia, pero la sabia de este platanero viene de la fuente de la eternidad llamada Mevlana. Mevlana es una persona tan sabia que uno lo entenderá mucho mejor y conocerá su valor si imagina un alma que ha encontrado la paz en el pasado y observa todo desde las alturas.
"Mientras el mundo busca la paz en guerras y sucesos violentos, Mevlana, con su actitud suave y compasiva y la ternura de una voz comprensiva, susurra en nuestra oido, hambriento de ternura, que la fuente del bienestar y la paz se encuentra en la tranquilidad del cuerpo, y que no seremos capaces de ver el rostro de la paz si no se presta atención a la proliferación del egoismo.
"Ya que el Ayuntamiento Metropolitano de Konya se ve a sí mismo como el protector de su patrimonio, estamos intentando hacer que lleguen sus sabios mensajes al mundo pensando que Mevlana es la solución a los actuales problemas. Se está haciendo un esfuerzo para que Konya figure entre las ciudades del mundo consideradas como cuna de civilizaciones. El Simposio Internacional de la Paz Mevlana, cuyas preparaciones continuan, y las ceremonias Şeb-i Arus (ceremonias con derviches giradores) que han durado 17 días este año, son indicativas de este propósito".
Las enseñanzas de Mevlana
Mevlana no escribió sus propias palabras sino que se las dictó a un amigo, ya que el no se sentía capaz de hacerlo. Así que fueron escritas tal y como las dijo. Él las revisaría luego y haría las correciones que creyese necesarias antes de que su amigo hiciese una copia a limpio. En su poesía, Mevlana habla de la soledad, del anhelo por la unión con Dios, de humanismo, tolerancia y amor.
Su tolerancia y humanismo fueron expresadas de la mejor forma en las palabras que tanta gente conoce:
Ven, ven quien quiera que seas,
Un ateo, un adorador del fuego, ven,
Nuestro camino no es de desesperación,
Aunque hayas roto tus juramentos cien veces,
Ven, ven de nuevo.
Tal y como Talat Sait Halman escribió en el prefacio del libro sobre Mevlana que él y Metin And publicaron por primera vez en 1983, "Mevlana es una figura cultural de dimensión mundial que dió no sólo a Turquía y los otros países musulmanes sino a la gente de todas partes los valores trascendentes de ‘la pureza del corazón', la imagen del Hombre Perfecto, la inmortalidad del alma que ama, la alegría de la pasión, la iluminacion humanitaria, las dimensiones artísticas de la fé, y la euforia poética de la creencia en la belleza de Dios y en el ser humano como un reflejo de esa realidad. Buscó crear un ‘clima de amor' cuando el conflicto sectario proliferaba y ardían las guerras de religión. Pocas fés en la historia han compartido el compromiso total de Mevlana con la paz o su insistencia en combinar la ética con la estética".
Pocos podían haberlo dicho mejor.
Representando a Mevlana con amor
Mevlana ha sido representado frecuentemente en miniaturas por algunos de los más habilidosos pintores del Imperio Otomano. Los libros ilustrados referidos a una ceremonia de circuncisión imperial y a una boda imperial nos muestran no sólo instantáneas de las actividades diarias y el entretenimiento de la corte, sino que también nos muestran en vivos colores lo que la gente vestía, incluyendo la vestimenta de los Mevlevis. Según un historiador de arte, el catedrátido Nurhan Atasoy, los Mevlevis son retratados en miniaturas muchísimo más a menudo que cualquiera de los otros miembros de las principales sectas místicas del siglo XIV.
No sólo los miniaturistas turcos estaban interesados. Tenemos la representación de Mevlana del siglo XVII hecha por el artista alemán Rembrandt en la que aparece como un hombre mayor con un turbante y con una barba blanca y bigote recortado. Sus ropas y turbante son fieles a las ropas turcas de la época y aparece con otras tres personas conversando y bebiendo té bajo un árbol. Teniendo en cuenta que no se tiene constancia de que Rembrandt visitara Turquía, se ha sugerido que uno de sus maestros pudiera haberle mostrado representaciones de Mevlana, incluyendo un libro de ilustraciones que se piensa fue encargado, y quizás incluso dibujado, por un príncipe hindú.
Los Mevlevis fueron también representados por algunos extranjeros que visitaron Istanbul, en particular en el siglo XIX el pintór maltés Amadeo Preziosi y el un tanto anterior Emilyan Mihailovic Korneyev, que realizó un grabado con los Mevlevis llevando a cabo su danza giratoria, probablemente en Tünel, Istanbul.
Hoy en día usando equipamiento moderno la ceremonia giratoria de los Mevlevis ha sido frecuentemente fotografiada y las faldas ondulantes de las vestimentas y los brazos alzados de los danzantes hipnotizan al espectador al difuminarse en círculos blancos ondulantes. Ahora por supuesto se permite a las mujeres asistir como público a la ceremonia de los derviches y las pocas que lo hacen visten coloridos ropajes, aunque hay muchos hombres que se oponen a esta práctica y no se sienten confortables con ella.
Las imágenes de Mevlana y los Mevlevis pueden ser encontradas en muchos lugares. La artista alemana Ingrid Schaar, por ejemplo, utilizó sus habilidades para captar la ondulante elegancia de la ceremonia mevlevi. Conocida por sus retratos a pluma y tinta, Schaar se sintió atraida por los Mevlevis y vino frecuentemente a Turquía a visitar Konya. También ilustró un libro de poesía de Mevlana que ha sido traducido por la mundialmente reconocida experta en misticismo, Anna Marie Schimmel.
Y hay muchas más representaciones, demasiadas para ser mencionadas aquí.
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