Ankara (EFE).- Las calles de las principales ciudades de Turquía se convierten en un gran atasco cuando se aproxima la puesta del sol durante el Ramadán y el tráfico se convierte en una pesadilla, pues los conductores aceleran para llegar al "iftar", la comida con la que se rompe el ayuno del mes santo musulmán. Además, dos noticias publicadas hoy por los medios turcos muestran que algunas importantes funciones del Estado también se paran a esa hora.
El diario Hürriyet, uno de los más difundidos en Turquía, publicó unas fotos de la puerta principal del edificio de las oficinas del primer ministro en Ankara, tomadas entre las 18.47 y las 18.52 horas de ayer (hora local), mientras Recep Tayyip Erdogan se encontraba en su interior. Esas fotos muestran que ni un solo guardia de seguridad se hallaba en su puesto en el momento del "iftar". "La puerta principal del edificio del primer ministro, que ha sido escenario de numerosas acciones de protesta hasta hoy, incluyendo las de un terrorista suicida, se deja a la mano de Dios para su seguridad cuando llega la hora de la ruptura del ayuno", denunció el artículo de Hürriyet.
El periódico también señaló que los vigilantes, quienes deben estar en alerta permanente, están más preocupados por el momento en el que pueden comenzar a comer que por la seguridad. "Cuando se oye la llamada a la oración (que indica también el fin del ayuno diario), los guardias desaparecen", explicó Hürriyet, documentando su información con 41 fotos.
En otra información, la cadena de noticias NTV afirmó que el paso fronterizo suroriental de Oncupinar, que conecta Turquía con Siria, fue cerrado a las 18.30 horas, porque todos los funcionarios habían abandonado su puesto a causa del "iftar". Mete Çubukçu, director de informativos de NTV, explicó en declaraciones a Efe que ayer fue testigo de esta situación junto a un grupo de periodistas cuando intentó entrar en Turquía desde Siria.
"Dejamos la frontera siria a las 18.15 después de que los funcionarios sirios terminasen rápidamente con las formalidades. Entonces nos dirigimos hacia Turquía pero un funcionario nos dijo que no podíamos entrar en Turquía en ese momento, porque nadie estaba en su puesto a la hora del 'iftar'", narró Çubukçu.
"El paso fronterizo, que debe estar abierto las 24 horas del día excepto en situaciones de guerra o emergencia, estaba cerrado. No había ni un solo funcionario. Tuvimos que discutir un buen rato para que volviesen a su lugar de trabajo, y si no hubiésemos sido periodistas no habríamos pasado", añadió.
El diario Cumhuriyet, el periódico que da voz a los sectores laicistas, informó hace dos días de que dos estudiantes universitarios fueron golpeados por un grupo de personas en la ciudad norteña de Zonguldak por fumar en público, algo prohibido para los que ayunan.
"Somos hijos de Atatürk (el fundador de la laica república turca). Esto no es Irán, ¿por qué pegaron a mi hijo? El que quiera que ayune, y el que no, pues que no ayune", se quejó Remziye Minik, madre de uno de los chavales, citada por el diario.
En las últimas semanas han arreciado los debates sobre si Turquía puede convertirse en un estado islámico moderado como Malasia bajo el gobierno del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP), cuyas raíces se hallan en el islám político.
Con todo, una encuesta del centro demoscópico A&G publicada la semana pasada reveló que en los últimos ocho años (cinco de los cuales corresponden al gobierno del AKP) el número de personas que ayunan todos los días del Ramadán ha descendido del 65 al 49 por ciento de la población.
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