TUNCELI, Turquía (Reuters) - Turquía estaba preparada el lunes para lanzar una ofensiva contra rebeldes kurdos en el norte de Irak, pero ha decidido dar a Washington unos días más para tratar de contener a los separatistas.
Ankara dijo hay ocho soldados desaparecidos al día siguiente de los enfrentamientos con los rebeldes kurdos cerca de la frontera iraquí, en los que murieron 12 soldados. El mando militar también dijo que 34 rebeldes del Partido de Trabajadores de Kurdistán (PKK) perecieron en los choques, dos más que la cifra difundida con anterioridad. La agencia de noticias pro-PKK Firat dijo que ocho soldados turcos habían sido capturados y dio el nombre de siete de ellos. Turquía ha negado que fueran secuestrados durante los enfrentamientos del domingo.
Ankara dijo hay ocho soldados desaparecidos al día siguiente de los enfrentamientos con los rebeldes kurdos cerca de la frontera iraquí, en los que murieron 12 soldados. El mando militar también dijo que 34 rebeldes del Partido de Trabajadores de Kurdistán (PKK) perecieron en los choques, dos más que la cifra difundida con anterioridad. La agencia de noticias pro-PKK Firat dijo que ocho soldados turcos habían sido capturados y dio el nombre de siete de ellos. Turquía ha negado que fueran secuestrados durante los enfrentamientos del domingo.
El primer ministro, Recep Tayyip Erdogan, dijo que espera que Estados Unidos tome medidas "inmediatas" contra los rebeldes. Turquía ha desplegado hasta 100.000 tropas, respaldadas por tanques y helicópteros de ataque, a lo largo de la frontera, en anticipación a una posible incursión. Preguntado sobre si había algún ataque pendiente, el ministro de Defensa, Vecdi Gonul dijo: "No urgentemente. Están planificando una (incursión) transfronteriza (...) Nos gusta hacer estas cosas con los americanos".
Estados Unidos e Irak han pedido a Turquía que se contenga de un ataque militar en la región autónoma kurda, una de las pocas zonas iraquíes relativamente estables desde la invasión de 2003.
Turquía estima que unos 3.000 rebeldes del ilegalizado Partido de Trabajadores de Kurdistán (PKK) están en la zona fronteriza y una serie de recientes atentados contra las fuerzas de seguridad turcas han incrementado la presión sobre el Gobierno de Erdogan para que actúe. El Gobierno cree que las fuerzas de EEUU podrían, si quisieran, capturar a los líderes del PKK en las montañas Qandil, clausurar sus campamentos y cortar las rutas de suministro y apoyo logístico.
Pero Washington, aliado de Turquía en la OTAN, está ansioso por evitar cualquier ataque militar turco contra los rebeldes del PKK en el norte de Irak, temiendo que esto pueda desestabilizar la región.
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