Ankara (EFE).- La campaña para las elecciones generales anticipadas de mañana en Turquía finaliza hoy con el partido islamista moderado de la Justicia y del Desarrollo (AKP) como favorito para gobernar otros cuatro años en solitario. El AKP, presidido por el primer ministro, Recep Tayyip Erdogan, ha destacado durante la campaña los logros económicos en los últimos cuatro años y medio para justificar su reelección.
La mayoría de las encuestas dan como ganador al AKP, aunque algún que otro instituto demoscópico vaticina que este partido no conseguirá votos suficientes para gobernar sin apoyo de otras formaciones.
Los comicios fueron convocados por Erdogan al quedar bloqueada en el Parlamento la elección del candidato presidencial propuesto por el AKP, el ministro de Asuntos Exteriores, Abdullah Gül, cuya esposa lleva un pañuelo de cabeza típico de las mujeres musulmanas turcas. Esta prenda sirvió de pretexto a los seguidores del Partido Republicano del Pueblo (CHP), acérrimos defensores del laicismo en Turquía, para acusar a los actuales gobernantes de tener una agenda escondida para islamizar el país.
La situación tomó un cariz delicado al amenazar veladamente el Ejército turco el 27 de abril pasado con intervenir en la vida política para prevenir la elección de Gül como jefe de Estado y evitar así la islamización. La advertencia castrense no pasó desapercibida en Turquía, miembro de la OTAN con 72 millones de habitantes, que tiene un historial con tres golpes de estado militares (1960, 1971 y 1980), además del llamado golpe "posmoderno" de 1997, cuando el Gobierno fue destituido por las fuerzas armadas sin derramamiento de sangre.
Las últimas encuestas ofrecen una amplia horquilla en la intención de voto para el AKP, que va desde el 29 al 48 por ciento, lo que muestra una notable incertidumbre del electorado.
Durdur Öspolat, número uno del CHP en la provincia de Maraes, dijo hoy a Efe que los sondeos que atribuyen el 48 por ciento al AKP son una gran exageración y pronosticó que el escenario más probable será una coalición entre su partido y los ultranacionalistas del MHP. Los sondeos atribuyen al CHP entre el 17 y 28 por ciento, lo que le asegurarían, en el peor de los casos, el principal puesto de la oposición en el Parlamento, integrado por 550 escaños.
En su haber, Erdogan cuenta con un ambicioso plan de reformas llevado a cabo durante su mandato y que va desde la estabilidad económica y mejoras en el campo jurídico hasta un acercamiento a los cánones de conducta de la Unión Europea (UE) para facilitar su ingreso en ella, una meta a largo plazo que debe superar numerosos obstáculos, entre ellos la oposición de París y Berlín.
Pese a tratarse de un partido islámico, fundado hace tan sólo seis años, el AKP ha demostrado tener una vocación más reformista en lo social y económico que los laicistas del CHP, el partido más antiguo del país, establecido por el fundador de la República, Mustafá Kemal Atatürk, en 1923. Las reformas que propugna Erdogan incluyen enmiendas constitucionales, como la elección del jefe de Estado por sufragio universal directo, en lugar de hacerlo en el Parlamento, como hasta ahora.
De no poder formar un Gobierno en solitario, tras las elecciones de mañana, será muy difícil para Erdogan aliarse con los ultranacionalistas del Partido de Acción Nacionalista (MHP), que son escépticos respecto a la adhesión turca a la UE y que piden mano más dura contra el ilegalizado Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK). Este grupo ha reactivado la lucha armada en las provincias surorientales del país y ha sido responsabilizado por Ankara de la muerte de más de cincuenta soldados en ataques perpetrados en los últimos tres meses.
De obtener un resultado apretado en las elecciones de mañana, los candidatos independientes, en un número que ronda la treintena de diputados, podrían ser decisivos como aliados para que el AKP pueda formar el Gobierno. Erdogan ha excluido categóricamente forjar una alianza con el Partido de la Sociedad Democrática (DTP, pro kurdo), que se presenta con candidatos independientes para superar el umbral del 10 por ciento de los votos para entrar en el Parlamento. Abdurrahman Kurt, presidente del AKP en la provincia de Diyarbakir, comentó a Efe que si su partido no logra la mayoría necesaria, sería un riesgo demasiado alto aliarse con el DTP porque se identificaría al AKP con los rebeldes kurdos.
Con menos vehemencia, Erdogan, de 53 años, ha declarado que de no poder formar un Gabinete en solitario con su partido, abandonaría la política, aunque a continuación ha matizado y condicionado esta decisión a que hagan lo propio otros líderes perdedores de la oposición.
NOTICIAS RELACIONADAS:
EN ESTE BLOG:
¿A QUIÉN VOTAR, Y POR QUÉ?Bursa sigue prefiriendo el centro-derecha
Los kurdos preparan una "política responsable" en el nuevo parlamento turco
Pocas esperanzas de que las urnas pemitan superar la crisis en Turquía
Los alevíes votan por el laicismo
Turquía vive una "guerra de sondeos" ante las elecciones generales del 22 de julio
OPINIÓN: Un análisis del AKP (por Cüneyt Ülsever)
OPINIÓN: El error del AKP (por Yusuf Kanli)
No hay comentarios:
Publicar un comentario