Los grandes partidos prometen dar más peso a las féminas en sus listas electorales mientras los expertos piden un sistema de cuotasESTAMBUL (EUROPA PRESS) - Las elecciones legislativas anticipadas del próximo 22 de julio en Turquía podrían abrir definitivamente las puertas del Parlamento a las mujeres, según opinan los analistas y la prensa local. El actual Parlamento está compuesto por 550 diputados, de los que sólo 24 son mujeres, esto es, poco más de un 4% del total. Ello representa una cifra ínfima en comparación con otros países europeos, e incluso de la zona -en Irak, el porcentaje es de un 31,6%-, así como con el papel cada vez más importante que ocupa este colectivo en Turquía.
Turquía eligió a una mujer para llevar las riendas de la nación mucho antes de que Alemania lo hiciera con Angela Merkel. Tansu Ciller fue primera ministra entre 1993 y 1996, y su imagen de occidental y europea contribuyó enormemente a que Turquía fuera nombrada país candidato a la Unión Europea (UE) cuando el segundo milenio agonizaba. Cuando sus oponentes cantaban contra ella cánticos sexistas, como "¡Tansu, vuelve a la cocina!", la mandataria se exhibía desafiante con su traje de Chanel y dejaba que le sacaran fotos.
En la actualidad, Ciller ha desaparecido prácticamente del primer plano de la política turca, pero los puestos de responsabilidad en el poder judicial están copados por dos mujeres: Sumru Çortoglu, como presidenta del Consejo de Estado (el equivalente al Consejo General del Poder Judicial en España) y Tülay Tugcu, al frente del Tribunal Supremo.
Las turcas también se han abierto camino en el mundo de los negocios. Los casos más elocuentes son los de Arzuhan Yalçindag, designada el pasado enero primera presidenta de la poderosa patronal turca (TÜSIAD), y Güler Sabanci, que asumió en 2006 la presidencia de Sabanci Holding, el mayor grupo industrial de Turquía, que desarrolla sus actividades en los sectores turístico, textil, alimenticio, financiero y tabaquero.
En el mundo de las artes, Mine Acar y Meric Sumer son las cabezas visibles del Teatro Nacional y el Ballet Nacional, respectivamente; y en el ámbito de la educación y la cultura tampoco faltan los nombres propios de mujeres: cinco rectoras universitarias, la cantante kurda Aynur Dogan y la novelista y periodista Elif Shafak.
"¿Hace falta tener bigote?"
Este panorama se podría extender también al Parlamento después de los comicios generales. "¿Cuántos hombres dejarán sus escaños a mujeres en el Parlamento?", se preguntaba hoy el diario 'Turkish Daily News'. El debate se inició cuando hace dos meses la Asociación de Apoyo y Preparación de Mujeres Candidatas (KADER) lanzó una llamativa campaña cuyo lema era "¿Hace falta tener bigote y ser un hombre para entrar en el Parlamento?".
La discusión se ha incrementado a raíz de la alta participación de mujeres en las manifestaciones a favor del laicismo y en contra del islamismo gobernante que se han celebrado durante el último mes en Turquía. Ayer, Día de la Madre en este país, había más mujeres que hombres en el "Mitin por la República" que se desarrolló en Esmirna y congregó a más de un millón de personas.
"En las manifestaciones, las mujeres estaban en las primeras líneas. Ahora, los partidos que las apoyaron deberían otorgar los primeros puestos de sus listas electorales a mujeres. Es una responsabilidad de las formaciones democráticas hacerlo así", valora una de las arquitectas de la campaña de KADER, Sirma Evcan. "Si los partidos políticos no ven el poder de las mujeres, no serán ni democráticos ni tendrán éxito", apostilla.
Los dos grandes partidos turcos en estos momentos, el gubernamental Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP, islamista moderado) y el opositor Partido Republicano del Pueblo (CHP, socialdemócrata) se han percatado del poder de la mujer y de la necesidad de que haya más féminas en el Parlamento. El AKP se propuso el año pasado que en la próxima legislatura haya al menos 30 diputadas. Por ello, adelantó que los nombres de mujeres irían en la parte alta de sus listas. Por su parte, el CHP también se ha mostrado partidario de que las mujeres ocupen más escaños en la Cámara.
Sistema de cuotas
Sin embargo, algunos expertos estiman que sólo se trata de promesas electoral y abogan por la implantación de un sistema de cuotas para garantizar la presencia de un número mínimo de mujeres en el Parlamento e incluso en el Gobierno. A día de hoy, sólo hay una fémina en el gabinete ministerial. Se trata de Nimet Çubukçu, que ocupa la cartera de Asuntos de la Familia y de la Mujer y cuyo nombre sonó como candidata del AKP para ocupar la Presidencia de la República.
"Ninguno de ellos tiene una cuota, ni ninguna discriminación positiva para las mujeres. La principal barrera contra la mujer no es la sociedad turca sino los partidos políticos", denuncia un profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Técnica de Oriente Próximo, Feride Acar, citado por la prensa local.
"Ya que el número de mujeres elegidas es bajo, la aplicación de cuotas es una necesidad en la política turca", dice por su parte el vicepresidente de la Sociedad para la Promoción de la Vida Moderna, el profesor Türkel Minibas. No obstante, se declara contrario a dar más escaños a las mujeres simplemente por su género.
Finalmente, hay quienes opinan que si la mujer tuviera un mayor peso político, se abordarían con más ahínco asuntos tan preocupantes para este colectivo como la violencia doméstica y los crímenes de honor. Según un estudio de la ONG Fundación de Solidaridad con la Mujer, sólo el 3% de las mujeres turcas no ha sido nunca víctima de ningún tipo de violencia de género.
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