OPINIÓN

LA RELIGIÓN DEL AMOR

ELIF ŞAFAK (artículo publicado el 17 de diciembre de 2006 en el diario Turkish Daily News, traducido del inglés original)

Yo sigo la religión del amor, donde quiera que sus camellos puedan llevarme... solía decir Ibn Arabi. Él estaba preparado para seguir esa caravana a través de las tierras de los judíos, los cristianos y los musulmanes. Para él, la esencia de todo era una y la misma.

Yo sigo la religión del amor, donde quiera que sus camellos puedan llevarme... solía decir Ibn Arabi. Él estaba preparado para seguir esa caravana a través de las tierras de los judíos, los cristianos y los musulmanes. Para él, la esencia de todo era una y la misma. Vivimos en un mundo en creciente polarización en el cual el número de personas que creen en el "choque de civilizaciones" entre el Islam y Occidente se intensifica cada día. Los intransigentes de un país producen incluso más intransigentes en otro lugar. En el seno de este agitado marco, un hecho que es frecuentemente ignorado es cuán heterogéneo, vibrante y dinámico es el mundo islámico. Dicho de otra forma, hay diferentes formas de entender y practicar el Islam, dependiendo del país, la época, o la sociedad de que hablemos. Hay una notable diferencia entre la exotérica y ortodoxa corriente dominante del Islam, y la versión esotérica, mística y heterodoxa del Islam. El segundo sendero ha sido siempre más flexible, más individualista y más abierto a las mujeres. Es triste que en el actual mundo contemporáneo de la política, todas estas sutilezas se hayan perdido y se piense en el Islam como en un gran bloque monolítico. Dejar de ver los matices incrementa las generalizaciones dogmáticas sobre el Islam. Además, las generalizaciones dogmáticas sólo sirven para incrementar la distancia entre "nosotros" y "ellos" y entre "Occidente" y el "Islam". Cuanto menos sabemos sobre el "otro", más fácil se vuelve hacer generalizaciones sobre él. Cuanto más generalizamos y nos distanciamos del otro, más lo tememos. Y hoy día, hay un considerable grado de miedo hacia el Islam en Occidente y un considerable grado de miedo hacia Occidente en el mundo musulmán. Los prejuicios que se generan son mútuos, y siguen alimentándose. En este incómodo contexto, los matices en el terreno del Islam se han perdido para mucha gente. Sin embargo, lo queramos reconocer o no, el Islam no es un bloque estático y monolítico, y nunca lo ha sido. Tan profunda es la diferencia entre las dos sendas del Islam que pueden llevar a cabo interpretaciones completamente diferentes sobre ciertos temas. Tómese el hoy día famoso término del jihad, por ejemplo. Para los sufíes, el jihad significa sólo una cosa: un viaje interior para la auto-mejora, y la batalla contra los propios males que eso implica. No tiene absolutamente nada que ver con la "guerra común contra los infieles", no está orientado hacia lo exterior. Si lo está en algo, es de un modo interno y por lo tanto privado e individual. Tómese el ejemplo de Zulaikha, una de las figuras femeninas más controvertidas en la historia del Islam. Del mismo modo que fue considerada una malvada a los ojos de los musulmanes conservadores, fue considerada de forma totalmente diferente por los sufíes. Para los sufíes, Zulaikha simplemente representó a una persona pura y locamente enamorada. Ni más ni menos. Esta vieja discrepancia entre las interpretaciones exotérica (zahiri) y esotérica (batini) del Corán es poco conocida en el mundo occidental de hoy. De igual modo, esta tradición hermenéutica no es bien conocida por la contemporánea élite cultural modernista o reformista de los países musulmanes. Con la novela como el género que constituye el vehículo de la occidentalización, modelada en su mayoría por la privilegiada élite cultural, no es coincidencia que la sombra esotérica de Zulaikha no haya sido capaz de verse reflejada en la "novela de Oriente Medio", y mucho menos en la novela de Turquía -un país donde el proceso de occidentalización y modernización ha sido llevado hasta el extremo, mediante el desprendimiento del pasado tan rápido como ha sido posible y eliminando el legado sufí completamente.

"Yo sigo la religión del amor, donde quiera que su caravana pueda llevarme" solía decir Ibn Arabi. La religión del amor es opuesta a la "religión del miedo" y a la correspondiente "política del miedo", que está siendo generada por los intransigentes en Oriente y en Occidente.

Elif Şafak es una conocida escritora, hija de una diplomática turca. Ha publicado novelas en inglés, francés y turco. Pasó su adolescencia en España y Jordania. Es graduada en relaciones internacionales de Oriente Medio por la universidad de Ankara y doctorada en Filosofía por la misma universidad. Escribe para varios periódicos y revistas de Europa, Estados Unidos y Turquía.