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domingo, 4 de marzo de 2007

Los turcos del Dodecaneso

Los turcos del Dodecaneso forman parte de la diáspora turca, que tiene sus orígenes en la desintegración del Imperio turco-otomano a lo largo de los siglos XIX y XX, así como en la emigración turca del siglo XX por razones principalmente económicas.
Se calcula que en los territorios de la actual Grecia habitan unos 100.000 turcos que son denominados genéricamente bajo el término de "la minoría musulmana". Estos se distribuyen principalmente entre la Tracia Occidental griega, donde constituyen entre el 30 y el 50% de la población, y las islas del Dodecaneso.
Los turcos del Dodecaneso constituyen una arraigada comunidad de unos 5.000 miembros de origen turco, que habitan las islas del Dodecaneso de Rodas y Kos (İstanköy en turco) y que no se vieron afectados por los intercambios de población entre Grecia y Turquía que estableció el Tratado de Lausana (Suiza) en 1923.
Este intercambio, promovido y supervisado por las potencias europeas del momento, implicó el desplazamiento de casi dos millones de personas con el fin de promover una "homogeneización étnica" tras la caída del Imperio otomano y la guerra greco-turca, con el teórico objetivo de estabilizar ambos países. 500.000 turcos fueron expulsados de Grecia (el mismo Atatürk había nacido en Tesalónica), mientras que un millón de griegos fueron expulsados de Asia Menor (lo que en Grecia se llamó "la Catástrofe de Asia Menor"), acabando así con 3.000 años de presencia griega en Asia, principalmente en el occidente de Anatolia y las costas del Mar Negro.
Este movimiento masivo de población trajo, sin embargo, trágicas consecuencias para las personas desplazadas y -paradójicamente- para la estabilidad política y social de ambos países, ya que el principal factor para seleccionar a la población que debía desplazarse fue religioso, no étnico-lingüistico; de este modo, cientos de miles de personas de ambos lados (cristianos que sólo hablaban turco, musulmanes que sólo hablaban griego...) se encontraron en una tierra ajena, hablando una lengua o un dialecto a menudo incomprensible para los naturales del lugar, y con el frecuente rechazo de unas gentes que temían perder sus tierras a manos de los recién llegados. Sólo los musulmanes de la Tracia Occidental y los griegos de Constantinopla (luego rebautizada como Istanbul) fueron excluidos del Tratado de Lausana.
Los turcos del Dodecaneso no se vieron afectados por el intercambio de población impuesto por el Tratado de Lausana debido a que en esa época las islas estaban ocupadas por Italia (desde 1912). Fueron ocupadas por los ingleses durante la II Guerra Mundial (1944), que posteriormente las entregaron a Grecia (1947). Tras la anexión griega, se concedió a todos sus habitantes (grecoparlantes y turcoparlantes) la ciudadanía griega.
En la isla griega de Kos había unos 3.000 turcos hasta los años 60, cuando la tensión entre Grecia y Turquía se incrementó. Desde entonces la población ha ido disminuyendo hasta reducirse en la actualidad a unos pocos cientos de personas, todas viviendo en la villa de Platani. Están organizadas en torno a la Asociación Musulmana Turca de Kos ("İstanköy Türk Müslüman Derneği"), que cifra en 2.000 el número de personas que reune y representa en la isla.
En cuanto a los turcos de Rodas están organizados en la Asociación Turca de Rodas (Rodos Türk Derneği), que estima en 3.500 el número de miembros y habitantes turcos de la isla.
La denominación turca para referirse a los miembros de estas comunidades puede variar dependiendo de a quién nos refiramos; así "Oniki Ada Türkleri" es la traducción literal de "Turcos del Dodecaneso", o también "Rodos Türkleri" o "İstanköy Türkleri", dependiendo de si son de Rodas o de Kos. También se usa la palabra "Giritli" para referirse a aquellos turcos que emigraron al Dodecaneso durante el proceso de adhesión de Creta a Grecia, o que tienen similitudes con los turcos de Creta; o "Adalı" para denominarlos a todos comunmente como "Isleños".
En conjunto, unos 5.000 musulmanes turcos, descendientes de los turcos de finales del Imperio otomano, viven en las islas griegas del Dodecaneso de Rodas y Kos y usan el turco como su lengua materna habitual. Sin embargo, la supervivencia de su cultura está seriamente amenazada: al descenso demográfico, ha de añadirse que la enseñanza de la lengua turca en Rodas y Kos fue abolida completamente a principios de los años 70.

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